Requeixo Villaza.
Tesoros olvidados. Alfonso Bayón
Que nuestra provincia tiene
un enorme potencial de turismo termal, nadie lo discute, y más aun cuando
revisas la historia y te encuentras con la inmensa variedad de balnearios que
tuvimos; lo que resulta difícil de asimilar es el porqué toda esa riqueza se
fue dejando perder.
Hoy por fortuna se están poniendo en marcha
excelentes instalaciones, Arnoya, Laias, Lobios... en la mismísima Ourense existen un buen
número de proyectos, Diputación, antigua cárcel, Burgas... que de llegar a buen
término pueden ser un perfecto revulsivo para la tan necesita economía local...
Pero dejemos esos temas a los expertos, y
permitidme que vaya a lo que me fascina: mis visitas al pasado. Hoy si me
acompañáis visitaremos uno de aquellos balnearios que en “la temporada”
proporcionaba diversión y salud a sus visitantes. Nos vamos a
“Requeixo” Vilaza, Verin
La mayor cantidad de manantiales de la
provincia, se encuentra en la comarca de Verin, allí la tradición balnearia y
el aprovechamiento de sus aguas minero medicinales, dieron lugar al nacimiento
de centros como Sousas, Cabreiroa, Fonte Nova, Caldeliñas y este que hoy
visitamos.
Aunque la oficialización de su declaración
de aguas minero medicinales no la recibió hasta 1900, fue en julio de 1896
cuando su promotor, Jacinto Becerra Romero, (Empresario y Vicepresidente de la diputación provincial Ourensana) recibió la aprobación del expediente de la
declaración de Aguas Minero Medicinales del manantial de Villaza . Las obras ya
habían comenzado y se esperaba que rematasen en un año, aunque finalmente
fueron dos. Siendo en 1898 cuando se comenzaron a recibir los primeros agüistas. Fue don Miguel Gómez Camaleño
director del balneario de Fitero Nuevo (Navarra) quien comisionado por el
ministro de la gobernación se encargo de realizar los análisis de agua en
octubre de 1899.
Contó desde los primeros momentos con
clientes de prestigio que sin duda dieron lugar al efecto llamada. El obispo
Ourensano Pascual Carrascosa Gabaldon, hombre de salud delicada y asiduo de los
balnearios gallegos, fue uno de ellos y con frecuencia en sus estancias se veía
acompañado por el prelado de Lugo Benito Murúa. Ellos fueron los encargados de bendecir de
manera oficial las instalaciones (hotel y balneario) en julio de 1900.
Los beneficios de aquellas
aguas, (bicarbonatadas sódico-litinicas), junto al ambiente de paz que se respiraba en
aquel escenario idílico, donde el único sonido que se escuchaba era el de la
naturaleza, las aguas tranquilas
competían con el murmullo del aire moviendo las ramas, y de vez en cuando algún
animalillo que se atrevía a acercarse.
Villaza en los primeros momentos circa 1902. (Foto Cedida por Alfonso Bayón)
Rematada la temporada de 1902 y viendo el éxito de concurrencia a los balnearios próximos a la villa, las sociedades recreativas comenzaron a planificar la organización de eventos para entretenimiento de los agüistas, uniéndose así a la banda municipal que ya dedicaba frecuentes actuaciones a los balnearios.
En 1903 fueron 107 los agüistas que hicieron uso del hotel del balneario, a los que hay que sumar los que se alojaron en la villa de Verin. Desde 1901 estaba al frente del servicio médico del balneario don Juan Manuel Espada Montanos. Las tarifas eran 5 pts. para primera clase y 3,25 en segunda. La botella de litro se vendía a 0,95 pts. y si se traía el casco vacio, se reembolsaban 0,20 cts. (A partir de 1904 el litro paso a 0,80 y por el casco solo e devolvían 0,10 cts.). En restaurantes y sociedades como el Liceo se servía el agua bien fría a un precio de dos reales el vaso...
En julio de 1905 se nombra medico director a Manuel García Diéguez, y se consigue que se instale una línea de teléfono y telégrafo. La oficina bancaria llego dos años después.
En octubre de 1907 fallece Jacinto Becerra, pasando la propiedad a sus herederos figurando desde ese momento como Hijos de Jacinto Becerra. Sin que lo haya podido confirmar entorno a febrero de 1913 se cedió la distribución mundial de las aguas a la banca Fuentes de Ourense, quienes para lanzar el producto, deciden presentarlo a ferias y exposiciones, obteniendo magnificos resultadoas en todas ellas. En 1913 obtiene medalla de oro en el congreso de Hidrología de Madrid, en abril del 14 Diploma y medalla de oro en Londres y al mes siguiente el mismo galardón en Barcelona.
En 1916 el Dr. Rodríguez Pinilla escribía un artículo para Vida Gallega en el que describía las aguas minerales de Verin, a las aguas de Villaza les reservo estos adjetivos: permanente , exportable, templada, casera; aclarándolo con esta explicación: al abrirse una botella de agua de Villaza, no da gran taponazo, pero luego de un rato, se ven en la botella misma, como en el vaso y como sucede en el estomago, desprendimiento, de esas burbujitas de acido carbónico que lentamente van a excitarla capa muscular del aparato digestivo y va a promover los consabidos efectos de contraer rápidamente el estomago, permitiendo una acción más lenta de los demás componentes de alcalinidad..
Todo discurrió con normalidad, tanto en el balneario que seguía recibiendo en temporada a sus incondicionales, (muchos de Santiago y A Coruña), como en la distribución de las aguas; hasta que los problemas de gestión de la Banca Fuentes en 1923, arrastraron a la empresa de Villaza a graves problemas financieros.
Yo casi prefiero dejarlo así por aquello de mejor tener buenos recuerdos....
Para llegar, dirigirse a Orense, donde se coge el coche correo de Perille en el Paseo (23,00 horas???, confirmado aunque parezca extraño), apearse en Albarelos donde esperara el carruaje del balneario para realizar los últimos 4 kilómetros.
Cuando estaba
terminando de escribir este artículo, leo en la prensa que comenzaron los
trabajos para impedir el avance del terrible deterioro del
balneario; con intención posteriormente de recuperarlo, una excelente noticia, que involucra a la
Diputación y Concello de Verin.
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