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Recreación de un aula de aquella epoca, que se hizo para la exposición "Naqueles vellos pupitres" en el museo ourensano. |
El amigo Lito Seoane, con esta tercera colaboración, remata brillantemente (como se decía en la prensa de entonces),su primera etapa escolar. Espero que coincidáis conmigo en darle las gracias y animarle a que siga colaborando con Ourensenotempo; (creo que lo tengo convencido, solo esta a falta de un café que le prometí).
Muchísimas gracias Lito.
Colegio Sueiro (calle
Libertad) III
“ La tercera-cuarta” (D. Purita)
El Posío, San Cosme, Plaza dos Zapatos, eran únicas las zonas
donde se podía jugar con los amigos del colegio. Por dos razones el Sueiro
nunca fue un colegio en el que en 1952 se pudieran ejercitar ni juegos ni deportes de ninguna
clase, primero por que en aquellos tiempos este centro no tenia ningún
recinto o instalación dedicada a ello, segundo por que los horarios eran de
Lunes a Sábado (inclusive) y no había ningún tipo de recreo para siquiera tomar
un bocadillo (que tampoco abundaba).
El instituto tenia el pompeo (que envidia) y el Luis Vives creo
que un patio interior (no puedo asegurarlo) Así que los únicos momentos en los
que podíamos compartir nuestros juegos eran, antes de entrar y siempre en la
calle, que en aquellos tiempos aun no era de Fraga ,si no de unos guardias
municipales que no se andaban con remilgos a la hora de meternos en cintura.
Sus caras las conocíamos de sobra, eran los mismos que salían en
las procesiones disfrazados de aguaciles, laceros y “Maceros” y sus costumbres
y comportamiento eran la comidilla de aquella gente menuda, la porra , el tirón
de orejas, o el llevarnos al “Cagarron” de La Barrera, (al lado del Salat) provocaron
mas de una micción involuntaria por nuestras temblorosas piernas y pantalones (eran
cortos también en invierno). Con sus apodos seguro que podría reactivar la
memoria de aquellos compañeros de “veniales trastadas” , pero no me parece
justo extrapolar en el tiempo la deficiente educación de alguno de aquellos
servidores del “orden”.
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Las fuerzas de orden estrenando motocicletas. |
En aquellos duros tiempos, el Maestro, dejaba una profunda huella en
la vida profesional y social de los
alumnos, los padres, o no tenían tiempo,
posibilidades o apenas les dejaban inmiscuirse en la formación académica
de sus hijos. Yo tuve la suerte de encontrar en mi vida infantil a una Maestra
a la que nunca le agradeceré suficientemente lo que hizo por mi..
Doña. Purita, en la tercera...Era “pura” fibra y enérgico
carácter, muy femenina (fue mi primer amor platónico), Inflexible y dura
(como el sistema), pero debajo de
aquella firmeza y disciplina, su empatía con los alumnos era total, sabia de
nuestras respectivas familias mas que nosotros, dialogaba , entendía y
aconsejaba a nuestros padres en todo lo que podía afectar a nuestra formación,
pero además era una “ MAESTRA” (además de profesora) brillante y sin que sus
procedimientos coercitivo-pedagógicos se
alejaran mucho de la filosofía de aquel colegio, su ración de “vara” no contenía ira, ni mucho menos
frustración o fracaso en la comunicación Maestra-Alumno.
En aquellos pupitres (ya inclinados) con un agujerito para el
tintero “Pelicano” , la Plumilla, el “Borrón”, al lápiz Johann Sindel,
el estuche de madera con cierre de caja de vinos, la cartera de cuero -zapatero.
Y que comprábamos en alguna de las librerías de la plaza mayor..Resvié, o Álvarez.
Fue allí, con Don. Alfonso como nuevo director y
extraordinaria persona Doña Teresa, Doña
Luisa en la Séptima y finalmente Don Ubaldo, un ejemplar estudiante “tardío”
que como profesor-amigo, fue también y mas tarde Maestro de alguno de mis hijos
en Salesianos
Este siempre “modesto”
Colegio Sueiro y desde mi opinión y sin menospreciar a nadie Doña Purita en la “Tercera”, forjaron carácter y
personalidad a muchos jóvenes Orensanos ,hoy mayores y jubilados y que en líneas
generales recordamos como dura pero muy positiva nuestro paso por allí.
Con mi recuerdo
y cariño a todos los que en esa época compartimos grandes vivencias.
Lito Seoane
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Calle de la Barrera, donde Lito nos cuenta que estaba "el Cagarron", |