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Fotografía del archivo de Lisardo Mazaira |
El Medina
El deporte femenino todavía
necesita de mucha colaboración para alcanzar el nivel que realmente se merece,
sin embargo lo “poco” que hoy tenemos, es un mundo en comparación con lo que no
hace siquiera cuarenta años, teníamos en el país.
Fue en tiempos de la posguerra, en aquellos tristes y duros
años, cuando de manera sorprendente comenzó a verse la necesidad de que las
mujeres pudieran sentirse realizadas, eso conllevaba lógicamente tener unas
expectativas más halagüeñas, que las que anteriormente se le atribuían, “prepararse
para el matrimonio”… Realmente fue una lógica correlación de hechos, ya que
desde su creación en el 34 y con los servicios de logística que se vieron
obligadas a prestar durante la contienda se convirtió en algo usual ver a
mujeres en lugares de decisión y de trabajo duro. (Mas lo segundo que lo
primero, pero algo es algo…).
Fomentar la práctica deportiva de las mujeres, fue uno de los
principales objetivos de la organización, y para ello se comenzó por medio de
las escuelas y estructurando los campeonatos nacionales. En 1962 se dicto una
normativa para reordenar los campeonatos nacionales que inicialmente dejaba
fuera de los campeonatos al grupo de chicas mayores, (en el caso masculino se incluían
en clubs profesionales o semis.., pero en el de las chicas era imposible su rentabilización);
no se podía permitir que todo el trabajo desarrollado con las muchachas se
perdiera de repente; es así como en 1963 se crean los clubs MEDINA (en
referencia a uno de los emblemas de la sección Femenina, el Castillo de la Mota
en Media del Campo).
En Galicia nos cogió esta reorganización, con uno de los
mejores equipos de España ya funcionando, el de la Sección Femenina de A Coruña
3º en el Campeonato de España del 60 y Campeón en el 61. En el 63 se juega la primera liga femenina y
aunque tuvo que esperar hasta el año 66 el ya Medina de La Coruña gano el
campeonato y las cuatro ligas siguientes consiguió alzarse con el
Subcampeonato. Esos buenos resultados posiblemente fueran la causa de que en Galicia
proliferaran los equipos, Lugo, Ferrol, Villagarcia, Santiago y Orense tuvieron
su club Medina, a los que había que sumar el Zeltia Porriño y el Manuel Álvarez
de Vigo, todos ellos en la 2ª División de la liga nacional.
En la década de los setenta, las chicas de Ourense, bajo la
dirección de un histórico Suso Taboada y “Julines”, ofrecieron a los
aficionados tardes muy buen baloncesto, y fueron sin lugar a dudas el germen
del buen nivel que en los últimos tiempos tenemos en el Básquet Femenino.
“Maribel, Acevedo, Leo, Viudez, Maite Fraga, Ana Gavilán,
Nati Ferreiro, Elvira, Lidia, Ángeles,” son algunos de los nombres de aquel
entrañable equipo.