Si ayer os mostraba
esas escaleras sin destino, y con cierto peligro. Hoy le toca el turno a esta
original vista de uno de nuestros más céntricos edificios cuando estaba en
construcción.
La verdad es que
recuerdo perfectamente aquellos años, en los que la ciudad en pleno “lloraba
amargamente” la sustitución que se produjo en este solar.
Durante bastante
tiempo recibió variados bautizos, del estilo: avispero, pajarera, cajonera,
etc. Finalmente como todo lo que no tiene vuelta atrás, nos hemos acostumbrado
y ha pasado a formar parte del bosque urbano.
Lo reconocéis????
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