Fotógrafo Reza
Circa 1975
BDFR1975000337
Hogar del soldado o Bar de Tropa en el Zamora 8
Papel prensa, Colección Diputación provincial, (publicado en la revista Orense)
Detalles: No es una cuestión de rancio machismo, sino una realidad histórica. Hoy es totalmente normal que las mujeres formen parte de las fuerzas armadas, pero en mi época de mili ya no solo era impensable que ellas pudieran servir en el ejercito, sino que incluso era algo extraordinario, el ver mujeres de visita por el cuartel.
Alguna esposa de mando muy de “cuando en cuando”; la fiesta de la patrona era el día en que mas damas aparecían por el acuartelamiento, los fotógrafos solían llevar al claustro a las parejas de novios y ahora que recuerdo en contadas ocasiones alguna boda se celebro en el cuartel; pocas mas eran las opciones de visitar las instalaciones, (aunque oficialmente se podía visitar el claustro pocos particulares lo solicitaban) .
De todas formas que nadie piense que eran instalaciones en las que había que ocultar nada, al margen de los temas relacionados con armas que si que eran más reservados, el resto de instalaciones podrían compararse a las de cualquier colegio mayor o centros de índole semejante.
Aquí tenemos el lugar mas valorado por la tropa (después de la litera y las letrinas, ¡bueno! y el comedor), de hecho aunque había división de opiniones a la hora de referirse a él, eran muchos los que le llamaban "Hogar", ¿por algo seria?.
Conversaciones distendidas, bocatas de sardinas, cervezas, copas de sol y sombra, eran lo habitual. Pero había de todo: celebraciones cuando se acercaba el licenciamiento, pequeñas broncas, alguna critica a los mandos pero sobre todo risas y gritos, allí se practicaba como en ningún otro lugar el noble arte del "dolce far niente".
Recuerdo al hilo del tema, un soldado, bonachón, excelente persona, trabajador incansable, pero un poco bruto, que estaba destinado en la granja del Cumial , (una decisión mas que acertada). El muchacho era extremeño y llevaba toda su vida en las dehesas, al cuidado de los gorrinos de pata negra, con lo cual cuidar a los gorrinos ourensanos en cautividad para el, era un juego. Lo que me llamaba la atención de este soldado era que su dieta de media mañana al menos, consistía en unos cortes de navaja albaceteña a un "bloque" de UNTO que llevaba envuelto en papel de aquel marrón (típico de las charcuterías), en el Hogar del Cumial, se le veía delante de una cerveza y con su paquete abierto en la barra cortaba un buen pedazo que sujetaba con una mano, y en la otra soportaba un chusco de pan de los del desayuno, para el semejaba ser "bocatto di cardinale", para los demás, algo increíble. De echo el bueno de.... insistía siempre en convidar, pero pocos o ninguno eran los que aceptaban la invitación.
Otro día seguiré con anécdotas de la mili, cuando se acaben las mías os contare las de Pagan, Calviño, Francisco, Rodicio, Freire........ esto da, ya no para un libro, sino para una enciclopedia.
Alguna esposa de mando muy de “cuando en cuando”; la fiesta de la patrona era el día en que mas damas aparecían por el acuartelamiento, los fotógrafos solían llevar al claustro a las parejas de novios y ahora que recuerdo en contadas ocasiones alguna boda se celebro en el cuartel; pocas mas eran las opciones de visitar las instalaciones, (aunque oficialmente se podía visitar el claustro pocos particulares lo solicitaban) .
De todas formas que nadie piense que eran instalaciones en las que había que ocultar nada, al margen de los temas relacionados con armas que si que eran más reservados, el resto de instalaciones podrían compararse a las de cualquier colegio mayor o centros de índole semejante.
Aquí tenemos el lugar mas valorado por la tropa (después de la litera y las letrinas, ¡bueno! y el comedor), de hecho aunque había división de opiniones a la hora de referirse a él, eran muchos los que le llamaban "Hogar", ¿por algo seria?.
Conversaciones distendidas, bocatas de sardinas, cervezas, copas de sol y sombra, eran lo habitual. Pero había de todo: celebraciones cuando se acercaba el licenciamiento, pequeñas broncas, alguna critica a los mandos pero sobre todo risas y gritos, allí se practicaba como en ningún otro lugar el noble arte del "dolce far niente".
Recuerdo al hilo del tema, un soldado, bonachón, excelente persona, trabajador incansable, pero un poco bruto, que estaba destinado en la granja del Cumial , (una decisión mas que acertada). El muchacho era extremeño y llevaba toda su vida en las dehesas, al cuidado de los gorrinos de pata negra, con lo cual cuidar a los gorrinos ourensanos en cautividad para el, era un juego. Lo que me llamaba la atención de este soldado era que su dieta de media mañana al menos, consistía en unos cortes de navaja albaceteña a un "bloque" de UNTO que llevaba envuelto en papel de aquel marrón (típico de las charcuterías), en el Hogar del Cumial, se le veía delante de una cerveza y con su paquete abierto en la barra cortaba un buen pedazo que sujetaba con una mano, y en la otra soportaba un chusco de pan de los del desayuno, para el semejaba ser "bocatto di cardinale", para los demás, algo increíble. De echo el bueno de.... insistía siempre en convidar, pero pocos o ninguno eran los que aceptaban la invitación.
Otro día seguiré con anécdotas de la mili, cuando se acaben las mías os contare las de Pagan, Calviño, Francisco, Rodicio, Freire........ esto da, ya no para un libro, sino para una enciclopedia.
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