En los anales del carnaval Ourensano, pocos recuerdan ya, la
historia de esta bella dama de la aristocracia ourensana: La Marquesa de
Rapagatos
Dama piadosa y de belleza “exclusiva”, a las fotos me remito. Toda su vida (en tiempos de Luis XIV) residió , en la hoy conocida por Calle de San Miguel. Calle empinada famosa por la existencia antiguamente de varias pescaderías que le dieron sus primeros nombres Pixotaria y Pescadería, (una es traducción de otra).
Dicen las malas lenguas que el marquesado adquirió el nombre
a raíz de la preocupante desaparición de estos simpáticos felinos y la
coincidencia de que al menos tres veces a la semana se degustara “conejo” en el pazo, posteriormente se paso a dos y poco a poco se llego a lo habitual de una vez al año......, a pesar de esas costumbres, la historia nos habla de que por causas desconocidas y por mas que su belleza era un buen reclamo,
la dama no conoció barón y se dedico a la bebida; así es como año tras año en
las fechas del carnaval su espíritu o algún descendiente recorren los locales
de la Calle San Miguel disfrazados
intentando encontrar marido.
El Pingallo, Monterrey, San Miguel o Zarampallo son algunos de los reductos donde se la puede encontrar en busca de consuelo. Ella ahora en su tristeza, ni siquiera bebe, (cosas de la edad) pero si me veis en su compañia yo acepto vuestras invitaciones y seguramente los numerosos miembros de su sequito darán buena cuenta de las libaciones.
El Pingallo, Monterrey, San Miguel o Zarampallo son algunos de los reductos donde se la puede encontrar en busca de consuelo. Ella ahora en su tristeza, ni siquiera bebe, (cosas de la edad) pero si me veis en su compañia yo acepto vuestras invitaciones y seguramente los numerosos miembros de su sequito darán buena cuenta de las libaciones.
Disfrutad el Carnaval, que comienza ya....
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