Consejos y avisos

16/3/23

La casa de los Encinas, Por R.O.P

 

Ficha 2  Foto sancho. Texto R.O.P.

Lo anunciaba este pasado fin de semana con mi articulo en la Región: Ourense no Tempo, va a hacerse eco de la magnifica colección de fotografías comentadas , que pretendieron ser un álbum fotográfico de nuestras provincia. 

Desconozco si los lectores del diario en aquellos momentos, entre mayo del 69 y abril del 70, los fueron recopilando, pero por si no fue así, os recuerdo que en la web de la Xunta de Galicia, Galiciana.com tenéis acceso a todas las fichas publicadas. Yo únicamente publicare una selección, hecha con criterios básicamente de interés de los textos, o simplemente por la belleza de estos. Los autores que se prestaron a colaborar, son indiscutibles maestros en el uso de la palabra, y ello hace que no siempre sea necesaria una gran foto para hacer necesaria su lectura.  Las fotografías, a pesar del buen hacer de  Roberto Sotelo "FOTO Sancho", no es que presenten una calidad optima, (el papel prensa y los medios de impresión eran los que eran), aun así en la mayoría de casos merecen la pena. 

Espero que os guste esta serie lo mismo que a mi.

Hoy don Ramón nos hace una descripción, plena de detalles por mi desconocidos de la que fue casa de los Encinas, en la plaza de San Cosme y Damián. En el bajo durante muchos años estuvo una farmacia de familia también de gran presencia en nuestra Auria: Los Enríquez. 

 Y dos detalles olvidados; las frecuentes visitas de los lobos a la ciudad (hoy vienen los jabalíes), y la desaparecida procesión del Corpus de la Trinidad.

 Orense capital de la hospitalidad. 

Una casa hidalga y discreta . Ficha 2. (2 de mayo de 1969)

Nada tiene de particular. ni énfasis de "pazo" que en la ciudad entre calles y trabajo de mercaderes y mercados, recuerda con orgullo melancólico los verdes y apacibles paisajes de la aldea, ni blasones cuyo orgullo y lenguaje simbólico descifre gran curioso, el sol de la mañana, glorias guerreras y antiguas fundiciones. Ni la vanidad arisca o benevolente de la chimenea heredera de los fueros del ya imposible torreón. Y, a pesar de todo, de la sencilla y clara estructura, la limpia cantería, los tercetos de rasgadas ventanas, la posición en el fluir de la calle estrecha y popular en calma y luminosa plazuela, se desprende una innegable, una afectuosa simpatía.

Fue propia de antigua familia de viejas torres, curatos de presentación grandes fincas bien muradas fanegas de centeno y moyos de vino de renta en aldeas del mismo horizonte de Orense, en tierras de Arnoya y villa de Allariz, en la alta y nebulosa Limia y el valle tapizado de próvidos viñedos, surcado de finas y onduladas saucedas fluviales de Monterrey. los herederos de esta descendencia no han olvidad las sepulturas de sus antepasados en la profunda paz, transida de rezos y leyendas, de capillas donde el tema impetuoso de la ojiva no triunfa de la serena gravedad y espíritu del arte románico...

 Las losas gastadas de los antiguos caminos de "pazos" y romerías, los ecos del Arco de Amoeiro en la insigne Allariz, caliente ceniza de brillantes lumbres, resonaron con el cabalgar de los hidalgos de esta familia. Aun en nuestro siglo eran aplaudidos como hábiles caballistas. Si esta casa pulcra y sencilla, pudiera hablar, nos daría mas de una clave de la historia de Orense. fijaos un poco. Las ventanas en otro tiempo eran mas cortas y recelosas. Aun en él siglo XIX descendían hasta la plaza de San Cosme los lobos. Era peligrosa la noche orensana. La casa se cerraba y atrancaba sin duda. Sospechamos si las ménsulas y losas del balcón soportaron balaustrada de piedra . a él con mimo, se acodarían las damas para presenciar la procesión, devota y popular de la Octava del Corpus, llamado "él Corpus" de la Trinidad. visita del Romanticismo. Los tiempos han cambiado, se ensanchan las ventanas. En el jardín adivinado en la fotografía de la glicinia y la camelia "Werther" ya no llegan  los dueños y los invitados en impacientes caballos, en sonantes carretelas... La casa sin énfasis, sigue imponiendo un ritmo y armonía e imaginamos en una de las ventanas abiertas al balcón, él ramo de rosas inmortales del recuerdo.

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