Ilustración 1.- San Lázaro visto desde la esquina de Bedoya con santo Domingo (circa comienzos s. XX)
San Lázaro, El parque
Me
ocurre con excesiva frecuencia, que una de las mayores dificultades con que me
enfrento para redactar estas líneas, es la de conseguir imaginar el Ourense que
fue; referirse a la zona de San Lázaro como extramuros de la ciudad, se me hace
como poco “Extraño”
..... Extramuros de la ciudad,
los ourensanos aprovechaban el clima propicio y la cercanía del Miño para
cultivar uno de sus tesoros: “el viñedo”; el caso es que “más allá” de
extramuros; en un tiempo que no se recuerda, decidieron situar un lazareto, (hoy está prácticamente erradicada y
desde luego que tiene cura la lepra, pero hubo un tiempo en que padecerla era
peor que la muerte)... Estuvo esa construcción según se recuerda en el
cruce de Bedoya con Santo Domingo (aprox. Gaimola) y como recuerdo piadoso al hospitalillo se
construyó la capilla de San Lázaro en las proximidades.
Fue un largo periodo
de tiempo en el que aquellos lugares eran muy poco frecuentados por los
ourensanos. Quizás por ello eligieron esos parajes varios establecimientos de
fabricación pirotécnica, (raro
era el año que alguno de aquellos barracones no saltaba por los aires, segando
en ocasiones vidas, y con frecuencia manos)... También por ser lugar
apartado fue el lugar elegido por las autoridades para trasladar el Pelouriño
desde la Plaza Mayor, allí se exhibían y/o ajusticiaban los delincuentes,
enteros o a trozos, en función de la sentencia. A falta de datos permitidme que
especule con la posibilidad de que este traslado se hiciera de manera posterior
a la instalación en la zona de la feria de ganados de la ciudad. (Hacia finales del s. XVIII ??).
Ilustración 2 .-Desde
la misma posición aproximada vemos la antigua capilla del San Lázaro. Si os
fijáis bien a su izquierda podéis entrever los tejados de las casas que
albergaban a los temporeros, donde esperabais ver la Subdelegación del Gobierno.
(Circa años 20)
Situada ya la
feria en el lugar, dejadme que os recuerde como estaba el entorno: la vía
principal de la ciudad, pasada la alameda, era la Carretera (hoy Progreso), y la alternativa,
la ofrecía la Corredoira o Barrio Novo, (hoy Santo Domingo). Así es que la única manera de
llegar al Campo era el camino que hoy conocemos por Concejo; quiere esto decir
que se hacía imprescindible mejorar las comunicaciones, y así es como en 1883
se procede al derribo de la casa de don Juan Igneson, la que albergaba de
manera provisional las instalaciones del ayuntamiento enfrente a los jardines
del Instituto (Hoy jardines del
Padre Feijoo) y con ese acto nacía la calle del Paseo, esta, además de
convertirse rápidamente en lugar preferido para las clases medias y altas como
nueva residencia, ya sabéis que se erigió en milla de Oro de la ciudad, aunque
en aquellos finales del XIX, su primer efecto fue comenzar la conversión en
nuevo centro de la ciudad del Campo de San Lázaro, según cuentan las crónicas
en 1886 se realizo el primer ensanche del campo.
Inicialmente y debida a la asistencia de público a las
ferias, fueron muchos los comerciantes y empresarios que decidieron instalarse
en el entorno, quizás el más significativo fuera el belga Malingre Parmentier
con su fundición, pero también fabricantes de chocolates, herreros, y artesanos
en general buscaron su espacio en el entorno; al mismo tiempo las autoridades
locales vieron en esa amplia explanada (tenía de siempre, una pequeña inclinación, que no dejaba de
favorecer su uso al reducir las posibilidades de que se encharcara el agua los
días de lluvia tan frecuentes en nuestra Auria), un lugar perfecto para
celebraciones: misas de campaña, actos deportivos y fiestas, ¡Si! San Lázaro
fue uno de los campos de la fiesta de esta ciudad, a modo de ejemplo, en 1892
se organizaron ahí, las fiestas en honor a Santa Eufemia (15 y 16 de septiembre):
verbenas, carreras de gallos, cucañas, etc. Todas esas actividades supusieron
una mayor afluencia, con lo cual ya en 1895 comenzó a gestarse la construcción
de un nuevo acceso que cruzando el Miño llegará al vecino Canedo y lo que era
más importante: su estación de tren. Ese proyecto incluyó la construcción del
nuevo Puente de la ciudad, (aún
se tardarían más de 20 años en verlo terminado pero ya sabemos que es tradición
en nuestra provincia hacer las cosas con calma). En esos tiempos,
desconozco con exactitud cuándo, se instaló en San Lázaro la fuente “mellada”
que embellece aún hoy el entorno. (Junto
con la “viajera”, vino de Osera fruto de
la desamortización de Mendizabal. Los sobrenombres, son en un caso, por la
falta de un buen trozo debido a un mal golpe en el traslado y el otro es evidente: por las
varias mudanzas que sufrió en su vida; al menos tres conocidas).
Ilustración 3.- Con muy mala calidad pero creo que se aprecia
la fuente del parque rodeada de varios gorrinos que acudían a la feria. (Circa
principios S. XX)
Me resulta imposible concentrar más los orígenes de esta
zona de la ciudad, con lo cual me tomo la licencia de continuar en un próximo
articulo con el relato del San Lázaro....
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