Hoy os voy a presentar a un ourensano, que desde mi punto de vista nació adelantado a su tiempo; de aquellas sufrió la incomprensión e intolerancia de una sociedad que no quería admitir que cada cual podía ser y actuar como quisiera, siempre que no perjudicase a los demás. Os hablo de Toñito Patata.
Showman, actor, cantante, modelo….; una tarde de verano con Toñito en las riberas del Miño, era un no parar de reír; y porqué no reconocerlo, con su simpatía y desparpajo era como un imán para las chicas guapas de aquel Ourense que empezaba a despertar a las nuevas modas, y ya admitía poder enseñar hombros piernas, e incluso algún atrevido canalillo. Me contaba el añorado Ernesto Ferro, que una de sus mejores actuaciones, era la de presentar a los “arriesgados” Manulo, Manaicas, Leyenda y alguno más de los saltadores acrobáticos que desde la cepa del puente viejo se lanzaban a las aguas del pacifico Miño (en apariencia), en ocasiones la intencionada tardanza en aparecer del saltador, hacia que más de uno soltase incluso lagrimas de desesperación, el propio Toñito que ya debía de estar más que acostumbrado, de manera fingida, o real, era de los que peor lo pasaba.
Esos ingredientes, bien aderezados, hacían que la mayoría de las pandillas de la época, se concentraran en la Peña de Francia o en el Coiñal a pasar las tardes de canícula.
Otra de las habilidades de Toñito, era la de cantante, como podéis ver en la fotografía que me prestó el amigo Ojea, era muy normal que en las fiestas a las que acudía, se le invitara a subir al escenario, el no solía hacerse de rogar.
Otro día seguiremos hablando de este Ourensano Entrañable.
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