No voy a entrar en los problemas que en los últimos años estuvieron en el candelero, y que por mucho que puedan ser objeto de crítica y discusión, bajo ningún concepto pueden enturbiar la labor del "Cura"; los inicios nadie niega que fueron un continuo esfuerzo, económico e imaginativo por su parte.
Exposiciones de sus cuadros para recaudar fondos, organizar aquellas escuelas (diferentes e innovadoras pero demostradamente útiles) de formación, donde lo mismo se enseñaba mecanografía, que costura o educación vial. Crear la logística para enviar a sus chicos a Barcelona donde durante el verano y con una humilde tómbola del Cubo, recaudaban fondos para el resto del año. Aquel original y pionero invento de la Tra-pa-bo-cha (trapos papel botellas y chatarra), con el que utilizando un viejo furgón se recogían todos esos objetos y se reciclaban con unos pequeños beneficios.
Y finalmente la Ciudad de los Muchachos donde miles de niños encontraron un respiro a sus situación y como pudo se les ayudó a salir adelante.
Otro dia continuare, pero hoy realmente lo que me apetecía es agradecer el trabajo que se está haciendo como siempre sin demasiados apoyos, pero muchísimo esfuerzo, para sacar adelante iniciativas como el Museo de los Muchachos (Escaleras de Calle Bailen), o las actividades que de nuevo se hacen en Bemposta. Gracias a todos los que con su trabajo lo hacen posible.
La fotografía de hoy muestra uno de los momentos de felicidad de aquellos niños del colegio del Padre Silva, (posan delante de sus locales en la bajada del Outeiro), aun no existia la ciudad de los muchachos, pero el "Cura" ya había conseguido que una fábrica de bicicletas del país vasco hiciera una donación a los chicos.
Y como anécdota para mis amigos del grupo Aquellos Cacharros ourensanos" del Facebook os muestro un recorte de prensa que da cuenta del atropello que sufrió el padre Silva a los 4 años por el automóvil OR-1990.
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