Comprendo que en estos temas la capacidad de asombro del observador ya esta mas que agotada.
Estamos acostumbrados a fotografías e incluso películas que muestran escenas conseguidas con cámaras de alta velocidad, en las cuales se perciben detalles que el ojo humano es incapaz de transmitir a nuestro cerebro: la deformación del rostro del boxeador al recibir un golpe, el momento exacto en que un globo explota, la espectacularidad de un águila sorprendiendo a su presa en el aire, e infinidad de ejemplos que hoy son habituales. Claro es que los artilugios fotográficos con los que contamos en la actualidad convierten en sencilla la tarea. Sin embargo si conseguimos imaginarnos los elementos con que el maestro Augusto Guedes contaba en los años 50 para intentar obtener algo parecido, ya no nos parecerá tan fácil, de hecho en su tiempo Augusto y alguno de sus colaboradores consiguieron imágenes que muchos de sus compañeros de profesión ni se atrevían a intentar.
Hoy os muestro uno de estos trabajos, en el que consiguió las imágenes que muestran el efecto de una bala atravesando una bombilla opalina, en la primera como el nos cuenta, antes de que el cristal se rompa del todo, sale el gas contenido en el interior de la bombilla, y la segunda ya muestra los cristales rompiéndose.
Para que podáis comparar os enseño una fotografía obtenida con equipos modernos, (pertenece a una web en la que podéis ver mas imágenes de ese estilo, os dejo aquí el enlace para que la visitéis). Haz clic aquí
Augusto tiene otro trabajo similar, en el que se ve la caída y rebote de una gota de agua, que para la época en que lo hizo, es una autentica obra de arte, otro día os lo enseño.
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