Consejos y avisos

29/11/12

Los entrañables

   No estoy teniendo suerte con estos personajes, cuando os propongo que me identifiquéis a alguno de ellos, siempre tropezamos con el mismo problema, muchos los recordáis, incluso en ocasiones me contáis anécdotas, pero lo que es recordar el nombre ya es otro cantar.

   Supongo que habría que hacer distinciones en función del tiempo que pasaban por nuestras calles, ya que según parece alguno de los que tengo en mi colección, eran “eventuales”; su residencia estaba en las villas, Celanova, Ribadavia etc., o incluso en otras provincias, que parece ser que los había que les gustaba viajar, y ese puede ser uno de los motivos de que su recuerdo sea más distante.
   Hoy os traigo a dos de esos personajes, uno conocido; por lo menos por mí, y otra para ver si os acordáis de ella.
   De Luisito, que así recuerdo que le llamaban, tengo recuerdos propios, de cuando me colaba en La Regidora con la escusa de darle un recado a mi padre y de paso aprovecharme de su cartera, o la generosidad de sus amigos, que siempre estaban dispuestos a invitarme a un refresco o unas patatillas.
   Debido a mi edad (andaría más o menos por los 10) no recuerdo haber tenido conversaciones con él, pero su sonrisa y su nariz permanentemente colorada y más grande de lo normal, me llamaban mucho la atención. Lo que sí recuerdo era que le oía hablar de “sus gestiones”, yo siempre interprete que colaboraba con mi padre, o con alguno de sus amigos, que eran todos gente de oficinas, Don Aser, Penedo, etc. Pero ahora, me imagino que les ayudaría con pequeños recados. Que más da, seguro que era buena persona.

   De la otra señora, no tengo ningún dato, y menos su nombre, parece ser que frecuentaba la zona del Rianxo en la plaza, y los restaurantes del centro; a lo mejor les servía productos de huerta, no lo sé, si tenéis algún dato, ya sabéis mi mail esta a vuestra disposición.
   Las dos imágenes tengo que agradecérselas al amigo José F. Fernández “Tito”. 


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