Cuando encuentro fotografías como esta, respiro y me digo a mi mismo: Tampoco soy tan mayor!
A simple vista, la imagen no difiere demasiado de la que se podría conseguir hoy; y si os fijáis en el titulo de la entrada, han pasado treinta y ocho (38) años, casi nada.
Claro que si la miráis con detenimiento, algo hay: en primer plano, el puesto móvil de La Ibense, que muchos recordamos con … (cada uno que ponga lo suyo), yo al menos reconozco haberme echado unas risas en multitud de ocasiones; las ocurrencias del ”encargado” eran tan peregrinas y las soltaba con tanta fluidez que alguna tarde de verano, perdimos con él.
(Cuentan las malas lenguas, que era poseedor de la mejor colección de la revista Lib de la ciudad, no lo puedo confirmar porque a mí me gustaba más Play Boy).
Al fondo se puede ver como remataban el bajo del concesionario Renault, (hoy oficinas de La Caixa), iniciando la mastodóntica línea de edificios que sustituyo a un pequeño chalet que estaba precisamente en esa esquina, y las instalaciones del “exclusivo” Club de Tenis.
Y a la izquierda aunque disimuladamente y como si nada hubiera cambiado; la realidad se empeña en contradecir esa sensación; si no me equivoco, (que creo que no), todos, absolutamente todos los locales han cambiado de actividad o están en obras actualmente. Algunos en varias ocasiones, (Reno, CH), y otros a pesar de haberlo intentado hasta el final (Confitería Ramos) no lo consiguieron.
De todas formas como decía al principio, al ver estas imágenes, me doy cuenta de que ¡No soy tan mayor!; y ahora que lo pienso, aunque parezca extraño, me parece que “aunque todo es diferente, nada ha cambiado “.
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