Fotografía cedida por Manuel .J. Gil Arias. Una pandilla en la puerta del mirador de la rampa de Sas. año 63 |
Si a los diez o doce años alguien me dice que por poder
jugar en el medio de la calle al futbol, poder rascarme las rodillas “a gusto”
contra el asfalto, poder ir a mi aire al Posío, Alameda, Parque Infantil o
Parque de San Lázaro, sin la “custodia” de un adulto y una larga serie de
actividades más que hacíamos en aquellos años; si por ese tipo de cosas me llegan
a decir que íbamos a ser unos privilegiados desde luego que no me lo hubiera creído.
Lo nuestro era la pelota, una para ocho; o la bici, una para
doce, o las chapas, de esas sí que tenias todas las que quisieras. Lo de ahora
es la consola, la ‘de ese’ y la del otro, o el móvil que ya lo tiene todo.
Siempre cuesta
adaptarse a los cambios, y desde luego no seré yo el que se manifiesta a
favor o en contra de esos cambios. Pero me gusta recordar cómo era “ayer” para
apreciar mejor el presente.
Opinad vosotros….
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