La Vera Cruz en Carballiño durante los últimos años de su construcción.
Los Años 50´s,
Despertando de
la pesadilla
P oco a poco voy repasando diferentes momentos de la historia en Ourense, de momento con pinceladas gruesas, que tiempo habrá para centrarse en detalles. “La historia no tiene prisa”
Dicen los entendidos que fue una buena década y que la
bonanza generada permitió crear las bases para lo que se daría en llamar Baby
Boom.
Ourense en aquellos años de manera progresiva fue recibiendo
importantes inversiones, la línea ferroviaria Zamora- Ourense- La Coruña se
llevaba la palma de cara a la opinión pública, sin embargo las obras que las
empresas hidroeléctricas, (en la prensa de la época se hablaba de ellas como:
privadas con subvención y ayuda estatal, destacando lo beneficiosas que iban a
ser para la provincia esos embalses y saltos; más de uno pensó que las empresas
que se quisieran instalar en la provincia tendrían la energía barata, pero …
dejemos la política al margen). Se llegaron a mencionar cantidades por encima
de los 18.000 millones de pesetas, para la época se trataba de cifras
mareantes.
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De esos años llama la atención la cantidad de nuevas
edificaciones públicas, uno de los sectores más beneficiados en esa etapa fue
el educativo, ya que en la provincia al menos 60 municipios vieron aprobados
sus proyectos para construcción de nuevas instalaciones escolares, de esa época
es el Instituto laboral de Ribadavia y otros muchos que aun hoy permanecen en
activo; el gobierno dio inicio en 1956 a un plan de inversión quinquenal que se
complementaba con la cesión por los ayuntamientos del terreno necesario para
construir los colegios. ¿Sabéis que en 1953 se asentaba en el antiguo Palacio
Episcopal, el museo Arqueológico? A ver si este año 2019 es el de su
reapertura….
En la ciudad todo
eran novedades, la escuela taller 12 de Octubre nacía como una urgente
necesidad, formar a los jóvenes ourensanos en los más variados oficios era
imprescindible, (en 1953 comenzó el primer curso en las instalaciones
provisionales de la Casa del Pueblo), con ese centro se abría el camino de los
que iba a ser la gran “Ciudad escolar” del puente en breve se vería acompañado
por la nueva escuela Normal de Magisterio. En esa década vieron la luz varios centros,
destacando por inversión el de los hermanos Maristas en Bedoya.
En el ámbito religioso el Seminario del Divino Maestro, el
Menor, la Casa de Ejercicios (Ervedelo); nuevas parroquias, Fátima (Couto se
inaugura en el 62) y la Vera Cruz (Carballiño).
Los deportes también recibieron un buen impulso,
inaugurándose el Estadio del Couto, la Playa de Oira, y habilitando la pista
central del Posío como pista polideportiva, además de crearse una innovadora
escuela de aeromodelismo. Cierto es que también se perdió alguna instalación,
ya que en ese tiempo el Campo Loña cerró definitivamente sus puertas. Como
resultado teníamos el asentamiento del Club de fútbol en la 3ª división, y un
gran movimiento en disciplinas como el Hockey (de aquellas viene la
tradición...), Ciclismo, baloncesto y aunque parezca extraño, se citaba el
motociclismo.
Uno de los mayores promotores de obras, fue el llamado
Movimiento, durante esta década se inauguró el edificio de la Jefatura
Provincial, en lo que había sido el chalet de Gil Torre (desde mediados de los
40´s se utilizó el edificio como jefatura local del Movimiento, pero fue a
mediados de los cincuenta cuando se reformó para adecuarlo a su cometido). La
Casa Sindical en el Parque de San Lázaro, fue otro de las novedades, en ella tuvieron cabida además de los
“sindicatos”, las organizaciones juveniles, la delegación de Trabajo sin
olvidar los estudios de una de las más recordadas emisoras de radio de la
época, ¿Os suena: La Voz del Miño?…. De esos años son los pabellones militares
levantados en los terrenos de viejo campo Loña; la sección femenina también abrió varios
centros, lo mismo que el auxilio social, quizás el Hogar Infantil San Rosendo
de Celanova fuera uno de los de mayor inversión recibida. (Aunque pocos lo
recuerdan, el magnífico Monasterio después de la guerra y los tristes recuerdos
que se tienen de su utilización, como presidio, en el 1951 se reformó para que
los Salesianos dirigieran un hogar infantil que al poco tiempo dejó de ser hogar
y paso a dar cobijo a los chicos de la Ciudad de los Muchachos). Sin olvidar
“mi” Colegio Menor que junto a la Escuela de Comercio daba vida al viejo
caserón del Hospital de Las Mercedes, después de haber pasado un tiempo
compartiendo local con el frente de juventudes.
Piñor, Toen, viviendas sociales, nuevas urbanizaciones y
carreteras; fue un momento de ebullición que iba a modificar de manera
espectacular nuestra provincia y sin duda marcó un punto de inflexión.
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