Consejos y avisos

5/9/25

En otro Tiempo

 En otro tiempo

En mi época de instituto, recuerdo haber estudiado lo que se llamaba: “La Quijotización de Sancho”, con el añorado Guillermo, profe de filosofía. Se trataba de identificar dentro del Quijote, como Sancho Panza poco a poco comenzaba a contagiarse de la locura de su amo.

Digo esto, porque me parece que algo similar me ocurre a mí, en ocasiones al ver estas imágenes, me parecen situaciones cotidianas o incluso un “Déjà vu”.  No tendréis problemas en identificar los jardines de Obispo Cesáreo, pero sin embargo son muchísimas las diferencias con la actualidad.

Ya he visitado con vosotros los jardines en otros tiempos pero hoy vamos a intentar conocerla en profundidad.

 Nació en tiempos remotos como Horta das ouliveiras, Y aunque estaba próxima a lo que conocemos como plaza mayor, no lo estaba del edificio del ayuntamiento (este parece ser que estaba en el padre Feijoo, las casas consistoriales); aun así, fue el lugar escogido para los “plenos” municipales. Su forma era irregular, ya que las propiedades de su parte norte, mordían de manera importante la plaza, y desde Alfredo Romero a la canella da sinagoga, todos querían su trozo. Cierto es que cuando se propuso la remodelación, todos cedieron; La casa de los Oca Valladares, hoy liceo fue quizás la que mas perdió, ya que a lo que eran los jardines propios, se sumo una bella escalera que en forma redonda, daba gran prestancia al jardín. El otro gran espacio lo cedieron los Zarauza, (Hoy Javier Domínguez). Bueno también se perdió una práctica fuente de las del Picho, que se encontraba en la esquina Noreste de la plaza.

Con esa descripción aunque no lo parezca, es la fotografía que hoy os muestro, pero si la observáis en detalle podréis disfrutar alguna curiosidad más.    Al fondo entre los árboles, se ve el coche de las de Seijo, que Ático Noguerol calificaba de paveras. Eran tías de los Brasas con lo cual eran familia de mi amigo Mani moretón, algún día le preguntare si sabe el porqué de ese adjetivo. Los Canedas, Rodríguez Rey y la de Leis. También solían aparcar el carruaje en esa zona. Otro detalle llamativo son los locales que hacían el cierre irregular de la plaza, en ellos estaba un herrero, situado inmejorablemente, ya que la mayoría de carruajes de la ciudad y provincia pasaban por la zona, ese fue el motivo de que Andrés Perille y Constantino Álvarez construyeran en 1902 el bello kiosco que ahí tenéis, se levantó con intención de servir para el despacho de billetes del coche de Verín, aunque finalmente fue e Kiosco de Moure, (ya os hable de él en otro artículo). En el edificio de al lado con la misma oportunidad estaba el veterinario Núñez. Recordar también que en la foto se nota la presencia de la gran Concepción Arenal quien desde 1898 se instaló allí con el bello pedestal que entre Parada Justel y Gulias habían diseñado.  Y por último citar el cierre que en 1907 entregaba al concello la empresa Malingre en las dos alamedas, en esta no fue para siempre, ¡qué pena!!!.


Y vista la fotografía permitidme con este esclarecedor dibujo de don Juan Xesta repasemos la cronología y efemérides de este espacio imprescindible en nuestra Auria. Xesta lo realizó para su artículo en el boletín del Museo Arqueológico en el año 1943, y lo acompaño de interesantes explicaciones. (aprovecho para tener un recuerdo para Juan Carlos Rivas Fernández -Xesta)

No se si recordaros que la calle del Progreso no se convirtió en principal, hasta que se hizo el muro puente de la Burga en sustitución del pequeño y rudimentario Puente Sulla del Rosal, los jardines eran un espacio, más de reunión y juegos, que de tránsito. En el momento al que nos traslada Xesta precisamente iban a comenzar las grandes transformaciones de esa zona.  Yo la situaría comenzando la segunda mitad del siglo XIX (circa 1855???)

    Por ello en el dibujo de Xesta en lugar del edificio episcopal se puede ver un árbol centenario y el comienzo de la calle Esperanza. Aquella que desapareció con la remodelación del Seminario antes del 1888. Era calle breve y de poca alcurnia, pero muy visitada, ya que en ella se hacían los que se decían mejores empanadas y bizcochos de la ciudad, en el horno panadero del Lobit. Allí estaba también una buena fonda regentada por Montón, que por ubicación se hacia inmejorable, lo del edificio y las comodidades ya era otra cosa. Contaba la calle también con la administración del coche de Carballiño y Verín, y un trasquilador??. Casi con toda seguridad estaría también en esa calle la Farmacia de Reinoso, (pero se muestra rehacía a dejarme colocarla).

    Pero vayamos a los datos y cronología. En 1895 la muerte del Obispo Cesáreo, y el respeto ganado en la ciudad hacen que se le dedique la plaza.

    De siempre tuvo este espacio interés para los empresarios por instalarse en ella, y aunque fuera de manera provisional, allí estuvieron un buen numero de fotógrafos, exhibidores cinematográficos, y llamó la atención en 1905 la instalación de una barraca que durante un largo periodo mostró perros amaestrados y unos animales poco vistos en la ciudad, ¡monos!!!. En diciembre de 1907 se detuvieron en la plaza dos cerdos escapados de su domicilio… notaban que sus dueños les miraban de manera pecaminosa, y les entro miedo, al final aunque fuera en parte alegraron la navidad de la familia… Y aunque no quisiera abusar del tema animales, en 1911 supe de la amenaza por parte del concejal encargado del mantenimiento de los jardines de “colocar morcilla”. En contra de lo que algunos piensan de que es hoy cuando hay más mascotas que niños en la ciudad; ya de aquellas un importante número de perros que jugaban por los jardines, producían  considerables destrozos, y como es lógico los culpables eran los propietarios de los dueños; pues bien según he podido entender lo de colocar morcilla se refería a colocar cebos con veneno, si el perro iba sujeto en su paseo, no pasaría nada porque el dueño podría impedirle comer el cebo, si iba suelto el peligro era importante.

    Si lo pensáis, el entorno de Obispo Cesáreo, eran todas calles estrechas: Paz, Tiendas, Arcedianos, Hermanos Villar, Rapagatos… o pequeñas plazas, eso hacía de ese conjunto de las dos alamedas un lugar perfecto para el descanso.  Si a eso unimos la presencia de varios hoteles, colegios, seminario incluido, la cercanía de algunos cuartelillos militares, (por no citar las casas de entretenimiento carnal que había en la calle de La Gloria, ¿por eso se llamaría así un tiempo Arcedianos???). Tampoco olvidar que hay estuvo el hospital de san Roque, con todas sus utilidades.

Por todo ello fue durante muchos años centro de la ciudad….


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