Consejos y avisos

2/10/17

Chacolí y Gorgorito

Chacolí en el Posío año 1968
Todos tenemos en La retina, alguna imagen, sonido, sabor o vivencia que de manera incomprensible nos acompaña y trae recuerdos de la niñez. En ocasiones estos recuerdos cuando los haces públicos, te das cuenta de que son muchas las personas que los comparten.
Me viene esto a la memoria porque este verano tuve un “encontronazo” con unos de los ídolos de mi infancia: Chacolí o Chocolín. El caso es que los recuerdos de cuando tienes  5 años, 6  o por ahí, están un poco cogidos con hilos, y yo me liaba con los acompañantes, armas y mas detalles;  así que con mucho gusto y aprovechando las redes me he puesto a indagar en el tema, y hoy comparto con vosotros mis, descubrimientos, seguro que a más de uno os suena……

Los títeres de Cachiporra, o muñecos de guiñol, tienen una historia que parte desde la Baja Edad Media (s XIV, XV), hasta nuestros días, pero la mejor parte para mi, comienza en la segunda mitad de la década de los 40, aprox.  Es entorno al año 45 cuando Natalio Rodríguez López, padre del popular, ventrílocuo y empresario televisivo  José Luis Moreno, comienza a solicitar que en el Parque del Retiro se recupere la tradición del teatro de  marionetas construyendo una instalación fija; finalmente en el 47 lo consigue y se pone al frente con la colaboración de otro histórico de la farándula “menuda” Juan Antonio Díaz. (Villarejo).
¿Quizás os suene más si os hablo de las Marionetas de Talio, o de los muñecos de Maese Villarejo?  ¿O, es posible que si os hablo de Chacolín y Gorgorito os resulte más fácil situaros???.    Estos eran los artistas y estos sus personajes, desde su teatro estable del Retiro madrileño, se desplazaban continuamente por toda la geografía nacional para que los niños pudiéramos conocer en primera persona a estos “justicieros” que siempre de manera exitosa defendían a la bella, en ocasiones princesa en ocasiones niña sin más, de los malvados que querían hacerle daño.  Esto, que ni siquiera he contado, es el argumento que tenía la representación. Que simple, pero sin embargo aunque os pueda parecer extraño, que bien ideado,  para mantener la atención de aquellos infantes y sus acompañantes. 

En 1950, los muchach@s de la delegación provincial del Frente de Juventudes lo intentaron pero el resultado no debió ser del todo satisfactorio, al año siguiente se contrató a los profesionales

Chacolí Súper héroe de los 50´s y 60´s
        Los de 14,15,16 etc.,  iban para “controlar” a sus hermanos pequeños o los de algún amigo para que se portaran bien, algún abuelo también estaba por allí para colaborar en mantener el orden. “Al  final va a resultar que el único que iba a ver la función era yo; los demás estaban de paso” .  Bueno a lo que íbamos, después de rebuscar en la red y preguntar por ahí, he conseguido identificar a los personajes del gran Talio y los del Maese Villarejo.
        Talío nos visito por primera vez creo que en las fiestas del año 1951 y montó su espectáculo “Teatro de Marionetas del Retiro”, en el Posío con dos únicas funciones. Desde ese año,  Chacolí, la princesa Luzmilita, y Cocoliso, se convirtieron en amigos y la bruja  Candelaria y el malvado Atila, en nuestros peores enemigos.  La representación comenzaba con una musiquilla teatral, y en ocasiones con una breve narración introductoria que ayudaba a ponerse en situación, si no recuerdo mal, la princesa o Cocoliso eran los primeros en aparecer, pero ya desde el primer momento los laterales del escenario  “olían” al malvado o a la bruja que por allí transitaban, lo cierto es que nada más empezar,  la chiquillería que allí nos congregábamos comenzábamos a gritar despavoridos para alertar al despistado personaje del peligro que le acechaba. Cierto es que a no tardar entraría Chacolí en acción repartiendo candela con su cachiporra de dos estralos.  

 Princesa Luzmilita y la bruja Candelaria

Su competidor que no era tal, se llamaba Gorgorito, nos visito pocos años después, y venia de la mano, nunca mejor dicho, de la compañía de Maese Villarejo, sus aliados eran su hermano gemelo, Garrafito, (aunque admito que es la primera noticia que tengo, para mí siempre fue el hermano de Gorgorito), y la bellísima niña Rosalinda; los enemigos la bruja Ciriaca, y el temible ogro Dientes largos, primo hermano del lobo de caperucita.  Los únicos cambios importantes que recuerdo, eran el inolvidable ¡parabá, parabá, parabá! de Gorgorito cuando se acercaba a escena, y aquella cachiporra  doble que más parecía una raqueta de frontón que una estaca.
Con personajes muy similares nos visitaron también profesionales como Meroño, las marionetas de Tina Francis, Paco Porras, Cañas, Peralta, etc., y de manera continua daba igual que los colocaran en la plaza mayor, la alameda, el Posío, o la Plaza de San Marcial, el lleno era total.

El cuento se ha acabado
Los buenos han vencido
Si a todos ha gustado
gritad fuerte conmigo
Té, chocolate y Café: Té, té, té
Té, chocolate y... Caaaféeeeeee
(Cancioncilla final que cantaban los niños y Gorgorito a coro)

En zonas como la Rioja, Extremadura y Canarias sigue siendo tradición en las fiestas recibir la visita de Gorgorito, incluso en Logroño se le ha dedicado una estatua al entrañable personaje. Foto web www.Larioja.com

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