Consejos y avisos

4/6/14

Al cole con Lito Seoane.I

Fotografía de ESther Guedes, el colegio Sueiro en los 6o´s
Al hilo de las entradas de colegios, un "joven" amigo  me ha ofrecido su colaboración, y por medio de varias entregas nos va a deleitar con sus recuerdos de aquellos años  escolares. Muchos de vosotros ya lo conocéis, se trata de Aurelio Sánchez Seoane. Aunque por ese nombre pocos le conocen.  Sin embargo pocos ourensanos no saben quien es Lito Seoane.
    Estas son sus andanzas escolares:

Colegio Sueiro (calle Libertad)

   Fue en 1947 el primer día que empecé el colegio, me llevo mi padre, era muy amigo de José Sueiro , una gran persona con aspecto de Médico de prestigio, yo lloraba y el para que me quedara me dio un real (25 céntimos) de aquellos que tenían un agujerito en el centro.

   El colegio de anchos muros de piedra y paja-barro, tenia una preciosa puerta de madera  de color negro que se habría con una de aquellas antiguas llaves metida en un aro como los que llevaban los Serenos, una vez dentro un gran portal por el que a través de tres escalones se accedía de frente a la séptima y a la izquierda al primer piso, una balaustrada comunicaba tres aulas, la primera: D. Elvira, la segunda: D. Paca, la tercera : D. Purita  y al final del pasillo, el despacho del director, abajo como dije antes, estaba la séptima: D. Manuel y  mas tarde D. Pacita.

   Una vez  y ya algo mas calmado, D. José me llevó a “La Primera” y allí me “entregó“ a D. Elvira, (la del Molino) debía ser porque vivía al lado de la molinera en el Polvorín. Ella era muy alta con grandes gafas de “Concha”, cada cinco minutos golpeaba la mesa con una vara y daba un grito, yo estaba aterrado y a mi lado veía a los otros niños igual que yo, pero había algunos pocos que no tenían miedo, solo se subían a las mesas (en la primera y segunda eran planas) y reían con la inconsciencia de los “pequeños-locos” cuando no sienten el peligro, de vez en cuando alguno de los mas trastes recibía un cachetin de intensidad media y se ponía a llorar mezclando sus lagrimas con los mocos propios de un aula con brasero (en la mesa de la profe)

   Ella se entretenía haciendo una pajarita de papel.. De repente.. /Milagro/../Nos vamos/ ,/Es la hora de salir/.. ¡Recoger vuestras cosas1, poner la chaqueta y la bufanda.. Pero antes, vamos a entregar el premio del día, ¡la pajarita! Y se la damos a Aurelio, por ser el que mejor se portó en toda la mañana. Así fue como trascurrió mi primer día de colegio y como y por única vez en toda mi vida ,recibí un premio al mas ¡Acojonado!.
   De aquella “Primera” recuerdo a Barbosa, hijo de un famoso practicante que vivía en la plaza de al lado, a Aurelio mi tocayo, a Travieso, y a las tiendecillas que había en algunos portales donde al pasar de la mano de nuestros padres veíamos Membrillos, frascos con Caramelos, Regaliz, todo ello entre Huevos, Fruta, Pan y por supuesto Carqueixas y Piñas para prender el fuego.
Edificio actual 

   Allí estuve dos añitos que me marcaron de por vida y me hicieron decidir, que yo nunca seria un estudiante convencido y que a pesar de tener muy buenos profesores, nunca vencería al miedo del ¡día de la pajarita!.

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