El Barbaña.
Las ultimas casas de la ciudad pierdense de vista; á nuestra derecha dejamos la Alameda del Crucero con sus misterios de amor, y a nuestra izquierda, cruzado por el Barbaña, columbrase el campo de los Remedios con sus fantásticas tradiciones y caballerescos desafíos.
Heraclio Pérez Placer. Álbum literario 1888
Si con frecuencia se alzan voces, reconociendo que los ourensanos, vivimos de espaldas al Miño, “siendo el quien es”, imaginad la tristeza del Barbaña, ser siempre objeto de críticas, por su olor, por su aspecto. Como si fuera el quien tuviera la culpa y no nosotros. Si acaso, el intentaba avisarnos de que le prestáramos atención, con sus habituales crecidas, en las cuales el peligro se veía agravado por la falta de cuidados precisamente.
Es el tercero de los ríos que podríamos disfrutar en
la ciudad Miño, Lonia y Barbaña. Y muchos ourensanos poco mas conocen de él que
su ultimo tramo, el que recorren de la mano los dos torrentes que lo forman. El
principal con origen en Paderne de Allariz que se va nutriendo con aportaciones
de pequeñas surgencias, (la principal el Cerdeiriño), y el segundo el del rio
Barbadas, la unión se produce en el viejo polvorín ourensano, y desde allí
divide la ciudad hasta su encuentro con el Miño.
Ese encuentro que en tiempos se producía por encima
del puente romano y hoy casi no se produce…
¡perdón!, casi no se ve, porque después de modificar su curso, se
decidió que era mejor cubrirlo a la altura de su ultimo puente, El Lebrón, y
así esta a día de hoy totalmente encauzado en sus últimos metros, ¡esperemos
que se haya calculado bien la capacidad del desagüe, porque, los
antecedentes…..
De cuando se cubrió
la desembocadura del Barbaña y nació la calle Pardo de Cela.
Pero dejémonos de tanta geografía, que para eso están
los entendidos, lo mío es recuperar vivencias.
Los mas antiguos datos que encuentro, nos hablan de
fincas, mayoritariamente huertas y no viñas como en las riberas del Miño,
molinos y poldras que unas veces de manera oficial y otras no tanto, se
colocaban para intentar que no supusieran tanta barrera, en otro artículo os
hable de los puentes “oficiales”.
Codesal (trasladado), Pelamios (desaparecido en 1945) y Pedriña (hoy
Ervedelo).
La primera gran crecida de la que tengo datos es la de
1868, que quedo en nada cuando se comparo con la del 1879. En 1880 ocurrió uno
de los más espantosos hechos que se recuerdan, la mañana del 2 de enero
apareció entre unas ramas el cadáver de un recién nacido al que ya no conformes
con dejar a la intemperie donde sin duda fallecería, para evitar que con sus
sollozos llamara la atención, le había hecho un corte en la garganta, ¿cabe
mayor cobardía???.
El año siguiente 1881 pudo haber sido crucial
para nuestro rio. Acababa de inaugurarse la línea férrea que unía Vigo con
nuestra ciudad. Si, la misma que “pasando por Lisboa y Oporto”, servía para
viajar hasta Madrid, en tan solo 24 horas. Y algunos ourensanos comenzaron a
soñar con que eso podría ser el comienzo del fin del histórico aislamiento de
Galicia en general y nuestra provincia en particular. Se alzaron voces recordando que el vecino
Portugal estaba construyendo la línea del Duero que buscaba unir Oporto con
Madrid, como tercera opción de unión ibérica (existía el trazado desde Lisboa
por Cáceres, y el que entraba a la altura de Salamanca, desde Coímbra); y entre
los planes de nuestros vecinos figuraba la construcción de un tramo que llegara
hasta Chaves. No puedo asegurarlo, pero creo no equivocarme si nuestros
hermanos de la querida Lusitania, pensaban en los gallegos al plantear tal
opción.
Me parare a explicar la idea. El principal problema de
la unión de Galicia con la meseta, siempre fue la cantidad de valles y montañas
que había que vencer, con el costo que eso suponía, túneles interminables,
puentes larguísimos; ¿os suena?. El A.V.E. nos lo recuerda todos los días…. Pues si en lugar de atravesar tan agresivo
paisaje lo evitamos se podría abaratar, el coste ¿No?. La solución pasaba por continuar
siguiendo aproximadamente el cauce del Barbaña hasta vencer el alto del Cumial,
para después intentar buscar el cauce del Tamega que nos llevaría hasta Xinzo;
de allí a Chaves….
Finalmente no fue, Portugal lo intento y construyo la línea
do Douro. Porto- Barco de Alba (cerrada en 1988), incluso busco dar todas las
conexiones posibles, Chaves, Braganza… pero no pudo ser, España aposto por
otras opciones y finalmente la inversión de los portugueses se perdió. ¿Y si se
hubiera potenciado esa línea en lugar de empeñarse en atravesar Canda y Padornelo?. Me gustaría que los expertos comentaran este
tema, seguramente hay razones poderosas que lo justifiquen….
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Puente Pelamios,
desaparecido en la riada del 1945. |
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