Consejos y avisos

24/6/25

¡Adios ADOLFO!!!. Unha forte Aperta

 



Se fue mi amigo.

               Hace tres años, escribí unas letras, y mi amigo Adolfo, me llamó tan pronto las leyó, para decirme: “¡Cabrón xa me mataches!!!, agora teño o epitafio, terei que marchar” ….  Por fortuna fue una de las pocas veces que se equivocó y aun pude disfrutar de su amistad y cariño unos cuantos años más.

               Hoy si, hoy se fue, y yo cumplo con mi palabra, pero no con sus deseos, mi palabra de decirle adiós, pero no con sus deseos de llevar banda de música a su sepelio; cuando lo despida, en mi cabeza sonora el pasodoble que le dedicaron a don Alejandro Veiras para su boda, pero el resto de acompañantes no lo oirán, será algo entre el y yo.

Adiós amigo, desde hoy eres uno de los inmortales de mi lista, cuando alguien quiera recordarte solo tendrá que buscarte en Ourense no Tempo. Muchos de los datos que utilizo en mis artículos provienen de tu privilegiada memoria.

               Este es el que tu llamaste epitafio, sin serlo, lo he retocado, para que no se note que fue escrito hace unos años, pero el sentimiento no ha cambiado.

 

Adolfo pertenece a una familia amplia y de sobras conocida en Ourense: los Rego, a los cuales en tres de sus ramas he tenido el privilegio de considerar amigos (son algunos y algunas más que tres, pero se haría muy largo.....), Amador Rego Villar Amor, “el abuelete”, Manuel Rego Nieto el más famoso, y Adolfo.

               El 17 de diciembre de 1922 nacía en la calle del Progreso, enfrente del colegio de las Josefinas, un personaje entrañable Adolfo Rego Pérez, después probablemente con carácter premonitorio se fue a vivir a la calle del Peligro (no tengo confirmación pero es probable que le pusieran el nombre a la calle por el).  Sus estudios fueron en colegios que forman parte de la mejor historia de la ciudad, El Sueiro de don Manuel, la Academia de don Vicente Bóveda y el Instituto...., haber pasado por estos centros y su actividad en las taquillas del Futbol con su padre, el fin de semana, propiciaron que su lista de amigos no tuviera fin.

  Le llego la edad de cumplir con el Servicio militar y eso supuso un periodo de dos años y medio lejos de la ciudad, concretamente en las montañas del Pirineo, donde el frio al igual que los buenos jamones lo curtió. Fue a su regreso cuando recuperó el trabajo en el   Banco Pastor que tenía desde el 42 y tan pronto pudo, comenzó a colaborar en cuantos proyectos culturales y deportivos que le propusieran. Directivo varios años del Orfeón, delegado de la federación de Billar, presidente de la de Piragüismo.....

        La etapa en la que más se hizo ver, fue cuando junto a su primo Manolo Rego activaron la Comisión de fiestas de la ciudad, siendo ellos con la colaboración de los demás miembros de la comisión quienes pusieron en marcha proyectos como El Festival del Miño, el descenso del Miño en piraguas etc. La lista de sus aportaciones a la ciudad es larga, pero él contaba que la más gratificante era, la de organizar la cabalgata de reyes, en la que participó en cuantas ocasiones pudo, las primeras veces incluso engañando a sus hijos, que no le reconocían. El mismo decía que eso era por los nervios, al ver que se les acercaba uno de los reyes a hablar, porque, a nada que se fijaran reconocerían a Adolfito.   Aunque también se emocionaba al recordar las lágrimas de algunos padres al ver a sus hijos, en aquel momento de felicidad.

Podría seguir hablando de Adolfo, de mi amigo, pero no terminaría nunca, y de hecho no terminare porque en muchos de los artículos que me quedan por escribir, su recuerdo se mantendrá vivo.

                                            Unha forte Aperta. Abuelo


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