Inventores de Ourense II
El Cinematomarisejo
¡Menudo palabro!, su propio creador se dio cuenta de lo complejo de pronunciarlo y mucho mas de recordarlo y el mismo lo apocopó renombrándolo CUM (Cinema (fuerza), Utile (útil), Maris (de mar)).
Pero vayamos por partes. Este verano leí una noticia que me recordó este tema relacionado con uno de los inventores que tuvimos en Ourense, decía así: España planea la planta undimotriz más grande de la historia en esta región: 2 MW y energía gratis para 20 años. (Noticia del 12 de agosto del 24). Se referían a un proyecto que inició su andadura en 2022, por el cual el puerto balear de Port Adriano, contaría con una planta de energía “undimotriz”, o de olas. Se uniría a la ya existente desde 2011 en Guipúzcoa, Mutriku (Motrico). Y se espera que con su construcción se pueda seguir avanzando en el aprovechamiento de esa energía limpia y de la que en España podríamos ser líderes.
Que pena que cuando en aquel lejano año de 1916 el sacerdote Ourensano Albino Fernández Santiago, daba a conocer su invento, el Cinematomarisejo, no consiguiera el apoyo preciso.
Albino Fernández Santiago, nacido en Sabuguido, Villarino de Conso, Viana 1865????, catedrático de Física en el seminario de Astorga, y profesor de esa y otras asignaturas en las Ermitas.. no debemos olvidar que su dedicación fue a la iglesia, siendo la parroquia de San Salvador en Sobrado de Trives y la de Santa María Viana del Bollo en las que ejerció su Ministerio.
Desde el primer momento en nuestra provincia se le prestó atención, incluso La Región publicó en varios días la explicación detallada del funcionamiento del aparato, lo que animó al sacerdote a presentarlo a la Feria de Barcelona en 1918, donde obtuvo Gran Premio de honor y una dotación económica, que sirvió de base para lo que llegó a ser el intento de llevar al la practica un prototipo en la localidad Pontevedresa de Vigo, más concretamente en el muelle de Bouzas. De hecho el sacerdote, obtuvo rápidamente el apoyo y reconocimiento de sus superiores, aunque no se atrevieron a invertir en la idea; se daba por supuesto que las autoridades nacionales o algún inversor privado lo harían…y mientras, tuvo que conformarse con la escasa ayuda de algunos de sus compañeros del clero y algunas prebendas del obispo, que al menos le liberaban de obligaciones. Fue así como durante dos años estuvo residiendo en Vigo y desarrolló dos prototipos. El ingenioso sistema contaba con dos columnas entre las que se ponía un flotador que subía entre ellas al ritmo de las olas, en ese movimiento por medio de unas cremalleras y volantes se producía el movimiento de rotación necesario para generar energía.
No he conseguido pruebas gráficas del o los prototipos de Bouzas, pero sabemos que varios ingenieros de renombre confirmaron que era viable el proyecto, aun así parece ser que había que esperar casi 100 años para que la sociedad se animara a desarrollarlo. Cuanto se hubiera ahorrado????.
Me gustaría poder tener pendientes mas entradas con esta temática, la de inventores ourensanos, pero aunque no descarto que surja alguno más, en mis lecturas de prensa antigua, no creo que sea nada espectacular, ¡veremos!… Hoy aprovechare para citar alguno que he descubierto recientemente.
Saturnino Castaño fue un electricista (niquelador, mecánico) de Castro Caldelas que en ya jubilado en 1951, estaba preocupado por los accidentes ferroviarios, motivo que le llevo a idear un sistema de seguridad para hacer que las unidades que ocuparan una misma vía, frenaran de manera autónoma, con mucha antelación al momento de encontrarse. Creo que ese u otro sistema se usaba y se usa (aunque como todo, puede fallar), pero el no encontrar datos sobre el sistema de don Saturnino me hace pensar que no tuviera recorrido. Contaba con unas cuantas lagunas….
En el año 57, fueron dos los ourensanos que dieron a conocer su invento, y los dos tuvieron cierto éxito. Manuel Castro presentaba un sistema de radio localización para aviones y Demetrio Álvarez patento su archivador giratorio, no se si la patente habrá caducado pero aun se ven ese tipo de muebles de oficina; aunque como otros muchos objetos útiles para el archivo, está perdiendo uso.
Marcelino Vázquez González, mostrando a Reza su invento, foto Reza para La Región
Sin duda el invento mas ourensano de los que os presento, es el que en 1964 Marcelino Vázquez, un joven mecánico de taller, hizo casi por encargo. Nuestros afiladores veían que los tiempos avanzaban y consideraban que la tecnología tenia que buscar soluciones a sus necesidades, aquello de recorres mundo empujando la Atarazana, ya no tenia futura.
El tema comenzó por adaptar bicicletas y después ciclomotores, pero en ambos casos el giro de la rueda se dejaba en manos de las piernas. Si, no me equivoque, ewran las piernas las que tenían que dar pedal para que con el giro se moviera la piedra de afilar. En el tema transporte se ganaba pues donde iba a parar: bajar de Nogueira en bici era mas de una hora y subir dos, pero es que empujando la rueda… Con esa idea de facilitar el viaje y el trabajo Marcelino recibió el encargo de adaptar una Lambretta para que el motor moviera también la piedra y que no fuera excesivamente complicado pasar de moto a Atarazana. Como la mayoría sabéis, el sistema funcionó y aunque de manera residual, aun anda por ahí algún penitente que por necesidad o añoranza, saca la moto y la piedra, para pasear las calles de la ciudad avisando a la gente con su chiflo. “Afilador y paragüero……..”.
Para el futuro queda recordar al irrepetible Eduardo Barreiros, pero por fortuna es de los mas estudiados por lo que supuso ya no para Ourense, sino para la industria de la automoción europea con aquel mítico Barreiros Diesel…
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