El tema del toreo, sin ser de mis preferidos, tengo que reconocer que en la ciudad tuvo muy buena aceptación. Y si bien aunque por el siempre, difícil de solventar, problema económico no consiguió continuidad, ganas no faltaron.
Ya os conté en alguna ocasión el intento de tener plaza fija en Mariñamansa, y de hecho aun tenéis allí restos de su construcción (entorno de la iglesia de San Pio X). y también cite algunos de los ourensanos que intentaron dedicarse de manera profesional al tema, Manuel Rodríguez Trabazos, “Castrelito”, Benjamín González “El Orensanito”, (también conocido por el sobrenombre de “O Cadelo”), El Ardillita, Carbonerito...
Ellos fueron los que mas alto llegaron pero hubo otros muchos que lo intentaron. Inocencio Salgado, "Salgadito", Gabriel Valero, "Valerito", Edelmiro Sas "Pallón"... cierto es que vivieron etapas trágicas, pero por lo que cuentan las crónicas, tampoco tenían demasiadas actitudes. Voy a recoger algunos comentarios, de la prensa, que considero demasiado duros hacia quienes en muchos casos se jugaron el físico y con demasiada frecuencia salieron mal parados, para que otros se divirtieran. Los revolcones y enganches con los cuernos eran de lo mas frecuente, incluso en ocasiones el toro al mas puro estilo sastre conseguía romper de manera estratégica las calzas del diestro con lo cual las azoradas jovenes que observaban la lidia se veían obligadas a girar el rostro para no salir asustadas, por tanto "pitón".
En cuanto a los bravos animales, casi mejor no hablar, porque en muchos casos se ofrecían argumentos mas que sobrados para que los animalistas pidieran el fin de la "fiesta". sirvan como ejemplo estas dos frases: "Murieron los animales de aburrimiento y hechos una criba", y esta otra: Sobre el lomo de los infelices cornúpetos, hicieron los diestros tremendo picadillo".
Los 60 fueron otro periodo de resurgir taurino pero tampoco "cuajo" |
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