Me gustaría pensar que hoy la situación ha cambiado, y que
nuestro patrimonio no corre ningún tipo de riesgo; sin embargo, me apena tener
que reconocer que en más de una ocasión me encuentro con fotografías que me
hacen pensar en la necesidad de realizar reportajes que se encarguen de que al
menos podamos enseñar a nuestros nietos muchas de las joyas que nuestra
provincia y ciudad han tenido.
A la lista de castros, monasterios, iglesias, puentes, fuentes y
cruceros, tenemos que añadir la de torres y castillos. Maceda, Castro Caldelas, Ribadavia, Allariz, Vilanova, Sandias...... Hoy os recomiendo la visita del mejor conservado
que tenemos en la actualidad, el Castillo de Monterrey, una joya que encierra
en sus paredes mucha más historia de la que se podría imaginar, a los pasajes
militares inherentes a este tipo de construcciones, en este caso hemos de sumar
episodios de vida monacal, unidos a un gran componente de historia cultural. Estas
piedras fueron testigo de la creación de uno de los primeros centros académicos
de Galicia, cuando haya por el 1556 los Jesuitas se instalaban en un ala del
castillo gracias al acuerdo alcanzado por Don Alonso de Acevedo (tercer conde
de Monterrey) y el obispo de Orense Manrique de Lara. Pero no iba a ser ese el más
significativo de los hechos culturales del castillo, ese privilegio ya lo tenía
y mantiene el haber sido el lugar donde se imprimió el primer libro de Galicia.
El Misal Auriense, obra de los impresores
Juan de Porras (Porres) y Gonzalo Rodríguez de la Pasera, allá en 1494.
Creo que estos breves datos pueden ser suficientes para
despertar vuestra curiosidad, (muchos de vosotros seguramente lo conocéis mejor
que yo), de hecho el documental que hoy
os propongo, de manera intencionada solo ofrece unas pinceladas que os ayudaran
a decidir hacer una visita en persona.
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