Belén de Maite
Vázquez, Catedral Ourense, foto Miguel l Ángel González García.
Navidad. Y Se armó el Belén
La sociedad necesita de
referentes, tradiciones y costumbres, para consolidarse. No se trata de
estancarse, todo se puede actualizar, pero la esencia debe mantenerse.
Tradiciones como la Navidad, son las mas complicadas a la
hora de definirlas, porque cada uno tenemos nuestro propio, mejor y peor
recuerdo, y por si eso fuera poco, nunca has tenido dos años iguales. Tal vez sea eso lo que las hace tan
entrañables..
Hace tiempo que decidí que son días para los más pequeños; y
los mayores según vamos entrando en “ello”, debemos asumir el papel de conseguir
que ellos disfruten lo más posible. Incluso si es necesario y para evitar
enfrentamientos, aceptando “Apalpador” como competencia de los Reyes Mayos y o
de “Manolo”. Si, ese gordito barbudo que unos llaman Noél y otros San Nicolas,
o Santa Claus, o…. Pero bueno no entremos en profundidades, que las tradiciones
no suelen salir bien paradas en estas lides. Ya sabéis que el traje rojo de
Santa se lo pago un refresco de Cola…
Hoy he estado indagando en la
historia de los belenes, comenzando en mis primeros años. Y me llamo la
atención que en 1959 la villa de Carballiño centró todas las miradas y todo el
que podía se desplazaba hasta allí, ya no para catar el pulpo, ni siquiera las
cañitas de Cerviño, sino para poder ver el espectacular Belén Viviente que los
jóvenes montaron en el atrio de la Veracruz como confirmación definitiva de su
integración en la villa (casi estaba terminada…). Eran 250 metros decorados con
ambiente navideño donde mas de 50 personas hacían sus papeles, desde pastores a
lavanderas, sin olvidar panaderos y agricultores. Todo un espectáculo que ese
año hizo que todos los demás belenes pasaran desapercibidos, ¡bueno! No tanto,
porque cada parroquia, colegio y oficina de la ciudad presumía del suyo, y los
domicilios no digamos. Hasta el “serio” personal de Hacienda tenía el suyo,
Desde el inicio de las vacaciones uno de los
entretenimientos que teníamos los niños, era el montaje del Belén. Y no penséis
que era algo sencillo. Por muy pequeño que este fuera, necesitaba de
planificación, diseño y ejecución. No
faltaban unos cuantos viajes a la Plaza Mayor (Resvie, Cardero…), con el tiempo
paso a ser la librería de La Región quien nos proveía de figuritas para
reponer, casi siempre por rotura, y en ocasiones para aumentar el escenario.
Ese trajín sin duda ha
sido el responsable de que valoráramos lo que costaba montarlo, y por ello nos
gustara visitar los que hacían nuestros amigos. Y familiares, en mi caso el de
mis primos los Domínguez era el “más mejor”, unos 5m2 de paisaje navideño con
luces, nieve y agua, ¿no recuerdo si sonido?… pero la fama, merecidamente se la
llevaban el artesanal de Jerónimo de Vicente o el que Doña María Socorro Alonso Martínez Risco
quien después de montarlo en su casa varios años, generosamente decidió compartirlo
con todos los Ourensanos. Se montó, varias Navidades en la parroquia de santo
Domingo, y otros años en Fátima.
Esa época fue quizás la de más afición por el Belén; se
organizaban concursos para los vecinos y en los colegios. Se recomendaba a los
negocios que guardarán un hueco en el escaparate para el nacimiento, y de paso
que no se dejarán llevar por las “modernidades” del árbol, el muérdago y el
papa Noel… He encontrado en la prensa, instrucciones detalladas de como
organizar un “buen” Belén. Y por si no estaba claro se acuñó el eslogan: Ni una
familia sin Belén. En esos años el ayuntamiento, el día de la cabalgata de
reyes en los soportales del ayuntamiento montaba uno viviente con los tres
personajes que era visitado por sus majestades.
Un año se pusieron de moda los belenes recortables, y no
había niño que con las tijeras no se fabricara el suyo de cartulina. En otra
ocasión fue el montaje de un original Belén “de campaña” en San Lázaro, obra de
los chicos de la O.J.E. y varios años consecutivos fue el montaje en el
hospital provincial de un Belén gigante al aire libre, promovido por varios de
los doctores que allí trabajaban, Cristino Bravo Relova y Julio García, quienes
junto al abogado Amando Prada Castrillo y Segundo Alvarado crearon la
asociación de belenistas de Ourense. Sin
olvidar a doña Cándida Bosch, esposa de Cristino Bravo (secretaria de la Asoc.),
a ella se le atribuye la idea de tener un belén “propio” de la ciudad. Y de ahí
se comenzó a gestar el que hoy es sin duda el mejor Belén artesanal de Galicia,
por no decir de España.
Fue en 1967 cuando nació el Belén
de Arturo Baltar. Promovido por la asociación de belenistas y financiado por el
Concello se presentó al público en los soportales del Ayuntamiento. Aunque el Belén fue un éxito la ubicación no
era la adecuada, el año 69 se instaló en el patio del Arqueológico (entrada de
Obispo Carrascosa), y por fin el año 70 se decidió hacer el montaje en la
catedral debajo del pórtico del paraíso mirando hacia el altar mayor. En ese
momento el número de figuras y construcciones había aumentado
significativamente y descubrir las novedades era un reto para los ourensanos.
La torre de Vilanova, o Cruceiro, a Fonte do Rei, el fotógrafo Mazaira??, Pepiño, Chaviñas, la
Nóno….. Todo Ourense representado.
Este año en Ribadavia de la mano del
tallista Julio Dabarca se expone un belén muy “de la villa”. Y en las parroquias
de toda la provincia se esmeran para fomentar que no se pierda esta entrañable
tradición. El de Fátima también se ha renovado y no podéis perderlo….
FELIZ NAVIDAD