(Eterno rey del carnaval)
Parece ser que por fin recuperamos “algo” de normalidad y la primera fiesta, serán los carnavales. Probablemente la fiesta mas Ourensana, gracias a todos los que de manera sana se divierten y buscan con sus disfraces y ocurrencias “robar” risas y sonrisas.
Pero como en todo, hay quien lo hace de manera “aficionada” y hay quien por esfuerzo y meritos propios se convierte en “profesional”.
Mi artículo de hoy va dedicado a uno de esos profesionales que se han dado en llamar Reyes del Carnaval; tristemente nos dejó en octubre del 2020, pero las circunstancias no han permitido una despedida como merecía....En lo personal tengo que decir que desde que lo conocí se convirtió en una de mis principales fuentes de información, además de facilitarme un buen numero de fotografías. Gracias a su álbum, conocemos a los integrantes de los primeros equipos de atletismo en Ourense, y muchas de las plantillas futbolísticas, la ultima fotografía que tengo del cruce de Progreso con Ervedelo, en la que se percibe con claridad que no existía Juan XXIII se la debemos a él, lo mismo que las primeras fotos que se hicieron de esa calle que no existía, y que el supuso que nos gustaría conocer en sus comienzos, cuando se llamaba la Diagonal.
Parte alta de Juan XXIII, foto del álbum Marcial Feijoo, primeras batalla de flores que bajo por la calle.
Marcial era de esa clase de personas incapaz de aburrirse, y cuando no estaba trabajando en la armería de la familia, era fácil encontrarlo practicando “cualquier” deporte, (principalmente Futbol en el que de manera profesional jugó con la Unión Deportiva Orensana y con su heredero, Club Deportivo Orense; pero sus habilidades y formación física le permitían destacar en casi cualquier disciplina, en atletismo tenía unas muy buenas marcas...). El futbol y una anécdota inmortalizada en una fotografía histórica, lo hicieron famoso para varias generaciones de Ourensanos, ¿recordáis aquel “Halaaaa, chuta Marcial, chulo, valiente…..”.??? era el grito de ánimo que el entrañable Toniño puso de moda en el campo del Couto en los 50s
El desfile de carnaval eran una cita obligada y esperada por todos sus amigos, en ocasiones conseguía no ser reconocido (por un rato, ya que al final..)., uno de los entretenimientos eras saber de qué iba disfrazado; hubo un año que lo puso especialmente difícil, iba vestido de pato y solo enseñaba las manos, en otras ocasiones imponía respeto con su espada pirata aunque esta fuera de cartón. A veces daba pena verlo cargado de cadenas y la bola de un preso, cuando no era un gallardo Pancho Villa a lomos de un vigoroso corcel. Su pasión por el motor, hizo que el vehículo a menudo formara parte del disfraz, las motos, los coches, y algunos artilugios irreconocibles fueron complementos que solían llamar la atención. Lo único importante en esos días es reír, divertirse y olvidarse del dolor.
Además del desfile, las fiestas y bailes en sociedades era otra de las citas obligadas ,(habitual del Liceo, pero bien recibido en todas las que había en la ciudad, Artística, Recreativa, Orensana....), y aunque de aquellas no se estilaba, el comenzó a poner de moda el cambio de disfraz, en ocasiones supongo que por comodidad, pero otras veces de nuevo para “aterrorizar” a quienes tardaban en descubrir de que iba disfrazado.
En las fiestas de la ciudad también cobraba protagonismo siendo uno de los fijos en la batalla de flores, y como se organizara una gymkana era el primero en apuntarse.
Con Marcial la diversión estaba garantizada.
Lo habitual cuando alguien nos deja, es un obituario; en el caso de Marcial seguro que le gustaría más que recordemos cómo se anunciaba su llegada:
Articulo de Sociedad del 12 de Febrero de 1928 La Región.
Con felicidad a dado a luz un niño la distinguida esposa de nuestro amigo el acreditado comerciante de esta, Don Marcial Feijoo.
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