Os aseguro que para mi el hecho de recibir datos de vuestros recuerdos, ya es una satisfacción, si a eso le acompañas la copia de alguna fotografía aunque solo sea, vía wassapp, ya se convierte en placer, pero si aun encima alguien me regala la fotografía u objeto físico, ya pasa al grado de sentirme honrado por vuestro aprecio.
Como siempre ya me enrolle demasiado; lo que quiero decir es que me siento honrado de recibir regalos como este que se anticipa a la Navidad. Mi amigo Amador Rego ademas de asesorarme frecuentemente en temas históricos, me ha regalado el librillo completo de las postales que a principios del siglo XX sacó al mercado la editorial Castañeira y Alvarez. Para mi un tesoro y mas aun si existe la posibilidad de que perteneciera a sus tíos abuelos los Hermanos Villar.
En el blog no se pueden (o no se deben) subir a la máxima calidad, pero si en alguna ocasión hago una nueva exposición, o publico otra colección de imágenes, esa sera la calidad que podréis disfrutar; por ahora debéis contentaros con que os confirme que en la imagen superior donde esta hoy el edificio de Alfredo Romero, estaba la camisería de José María Rodriguez, como se lee en el rotulo, así como que en las instalaciones del colegio San Luis Gonzaga (piso encima de Terra Gallega), estaba una peluquería, y que en la mayoría de soportales se guarecían durante las mañanas las vendedoras de la que era Plaza de Abastos urbana y sobre todo en el que estaba delante de la carbonería Malingre (al lado de lo que conocemos como camisería Prieto). Otro detalle que no me había fijado es que en la torreta de la central Telefónica un operario hacia el mantenimiento.
Esta segunda postal muestra otra plaza de las que acogían a las vendedoras del rianxo, pero lo mas importante para mi es que aparece la vieja casa que guardaba el secreto de la antigua capilla de la Magdalena, en ese edificio de la esquina derecha, en los bajos había un portalón que según me cuentan seria una salida trasera de esa capilla aunque también hay quien asegura que podría ser parte del pasadizo que conectaba la "antigua catedral" Ourensana, (Santa María Madre), con la de San Martiño.Os tengo hablado ya en varias ocasiones de ese edificio, porque fue la vivienda de un grupo de buenos amigos míos, entre los que se encontraba el bueno de Luis Vila que nos dejo aun no hace mucho tiempo. Y la amiga Mari Luz; por ellos se que en aquellos tiempos, (años 40-50) la vida en esa zona era muy agradable para los pequeños, todas las casas estaban abiertas, y en cualquiera de ellas se podía pedir la merienda, todos eran una familia.
Gracias al amigo Amador por su regalo....
Feliz Navidad y prospero año, con mis mejores deseos de Paz y Salud.
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