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3/7/21

Ourensan@s Inmortales XXV, Fernández Bordas.

 

Bordas fotografiado por Kaulak

Antonio Fernández Bordas

 (Ourense 1870- Madrid 1950)

Uno de nuestros mas relevantes artistas; en su tiempo causaba admiración  y todo el mundo coincidía  en que era un placer escuchar su música, sin embargo hoy pocos son los que lo recuerdan. Aprovechando datos de  biografías publicadas en diferentes medios de aquellos años, os aportare unos escasos datos de este Inmortal Ourensano.

   En 1884, encontramos una amplia  referencia a nuestro personaje lo cual aconsejaba no perderle la pista (no era la primera). Era el Anunciador de A Coruña quien se refería a nuestro protagonista con estas palabras: El niño Fernández Bordas, violinista que hoy cuenta con tan solo 14, años, y al cual no ha mucho,  cuando solo tenía 9 ya tributó la prensa en general, los más sinceros elogios, ha paseado su gloria por las principales capitales de España.

   Nació en Orense un 14 de enero de 1870, siendo bautizado en la parroquia de Santa Eufemia del Norte. (Santo Domingo). Contaba su  padre: Fernández  Benavente, funcionario de obras públicas y gran aficionado a la música, que los comienzos como los de cualquier niño eran distraídos y nada hacía presagiar el futuro que le aguardaba, pero no fue necesario insistir mucho, pasados los primeros meses, el niño no dejaba de sorprender a su entorno por su calidad.

   En su biografía nos dicen que comenzó a tocar el violín sin cumplir los 6 años, y a los 7 ya participó en un concierto, tal era la precocidad de Antonio. (Aquellos primeros conciertos pocos saben que se le presentaba como “el niño Benavente” en referencia a su progenitor)


28 julio 1881 Ilustración Gallega  y Asturiana, el niño Bordas protagonista

   A los nueve años fue admitido en el conservatorio de Madrid, donde en tres años sacó con sobresaliente tres cursos de solfeo, ocho de violín y la armonía.

    La primera anécdota que aclara de quien hablamos, es la que nos cuenta que  en 1881 (con 11 años), en el concurso anual del Conservatorio el jurado se vio obligado a concederle el “segundo premio” y pedirle las más sentidas disculpas, El motivo: que el primer premio consistía en un Diploma de Profesor que por su edad no era posible concederle.....

  A los doce se le otorgó por unanimidad el premio de violín, formando parte del jurado Sarasate. Fue tal el entusiasmo que despertó en el director del conservatorio: Arrieta, que este saltándose todos los protocolos pronuncio un discurso ensalzando al "ya" artista.  Dos años después con 14 se le invito a realizar su primera Tournée por España, y fue tal el éxito alcanzado que se le ofreció un contrato muy jugoso para tocar en América, pero dada su corta edad la familia decidió no aceptar. Aun así continúo dando conciertos por el país, con resultados poco habituales en el mundo de la música: verse obligado a dar un concierto no programado por aclamación popular (Pamplona), ser sacado a hombros del Teatro (Oviedo).  En su curriculum cuenta con colaboraciones y conciertos con las figuras más representativas del mundo musical, Sarasate, Jesús de Monasterio, Saint Saens, Casals, Granados, Albeniz....; se le invitó a formar parte de la Sociedad de Cuartetos de Madrid, la Sociedad de Conciertos, Capilla de Alfonso XIII y la Orquesta Sinfónica de Madrid entre otras.

  A nivel internacional si no fueron mayores sus éxitos fue debido a sus reticencias a salir del país, para actuar, aun así en 1914 el gobierno francés le otorgo la Cruz de la Legión de honor. 

  Desde 1897 se había hecho cargo de la cátedra de violín en el Conservatorio de Madrid (en sustitución de Jesús de Monasterio por fallecimiento). 

    Multitud de éxitos y alumnos aventajados en su curriculum que se adorna con el nombramiento en 1921 como director del Conservatorio Nacional en sustitución de Bretón (por jubilación), en el que dejo su impronta musical, pero también como excelente gestor, siendo tal su habilidad que consiguió mantener en funcionamiento el centro, a pesar del desalojo del edificio por ruina (el Teatro  Real no pasaba sus mejores momentos), los constantes cambio de gobierno, Primo de Rivera, Monarquía, República, Franquismo, y las tremendas vicisitudes que el país padeció en aquel periodo; en 1940 deja el cargo, con un conservatorio en pleno funcionamiento y con un elenco de profesores excepcional. 

    A nivel local, en la prensa de la época pude localizar frecuentes elogios y crónicas de sus éxitos en conciertos, así como la alegría general que causo su nombramiento como director del Conservatorio en 1921, pero tengo que reconocer que a pesar de existir constancia de que  A mocidade Galeguista solicitó con ese motivo el nombramiento de Bordas como hijo predilecto de la ciudad, no he sido capaz de confirmarlo, avalaba la petición la práctica totalidad de la sociedad Ourensana, lo cual hace pensar que si se le nombro, pero.....   Lo que si he podido constatar  es el malestar que el maestro arrastraba desde 1912, cuando el diario El Miño, informaba de su marcha ciertamente disgustado. En aquel año quiso Bordas actuar en su Ourense, junto a su discípulo Pepito R. Outomuro, quien negocio con el Teatro, pocos días antes se le comunicaba al maestro que ese concierto iba a ser ruinoso, a lo que el maestro respondió: “Quiero ir aunque me cueste dinero. Quiero demostrar a mis paisanos lo que adoro a Orense”. El concierto se realizo y Bordas perdió dinero, mientras el Teatro lo gano. Como resultado la ciudad perdió otros posibles conciertos.

  Actualmente la ciudad le mantiene dedicada una discreta calle situada paralela a la Avenida de Portugal.   ¡Al menos que sus paisanos sepamos quien era....!

 

El Ourensano José Rodríguez Outomuro fue uno de sus discípulos predilectos y no por su paisanaje, sino por ser un gran virtuoso del violín.

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