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Año 92, Vidal y Jorge |
No soy yo muy aficionado a las necrológicas, pero estoy abierto a publicar las que vosotros me hagáis llegar para honrar al amigo que se fue.
Como sabéis hace muy pocos días nos dejo uno de nuestros artistas de la pintura, Vidal Souto. Y aunque en casa hay alguna obra suya, yo solo puedo decir que lo conocí de vista; sin embargo mi amigo "El Barbero del Paseo", no solo lo conoció. sino que eran buenos amigos.
Aquí os dejo unas letras que ese barbero: Jorge Cachaldora escribió hace ya unos cuantos años (1997) para presentar "al amigo", algo que cuando hablamos de personajes tan conocidos suele olvidarse. Si, también era artista, ese año exponía en la Casa de Galicia en Madrid.
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En Galeria Visol. |
José Manuel Vidal
Souto
“Vidal Souto” (Ourense
1948-2021)
Vidal Souto; mi amigo, caminando sin paraguas por Ourense, tierra de afiladores y paragüeros. Personaje entrañable y tierno, conocido de todos y por todos. Muchos dicen ser poseedores de tal o cual obra suya y se confiesan visitadores asiduos de sus exposiciones. Otros cuentan que le acompañaron aquí o allá, que incluso estuvieron en su casa y hasta saludaron a un Marlon Brando arrebatador al bajar las escaleras de la cocina. Todos saben quien es, donde esta y que hace, pero pocos ,muy pocos lo que siente. Pocos muy pocos le conocen verdaderamente.
Quizá quien si le conozca bien, sea algún tabernero, de los que pasaron de niños a viejos detrás de un mostrador, sirviendo vinos, tacos de jamón y buena filosofía, de esa que se aprende de la vida. Uno de ellos me contó un día que tenia parte de sus corazón guardado en la trastienda: "Neno, isto e unha reliquia", me dijo señalando un cuadro bellisimo.
Pero yo, que conozco mucho su cabeza, o mejor dicho su pelo (pues por algo soy su barbero), creo que quienes mejor podrían hablar de el son los lugares que le vieron crecer, como el Teatro Principal, cuyos frescos fueron "culpables" de que tengamos que "sufrir" su pintura. La pintura de un paseante sin paraguas en la ciudad de los paragúeros.
O personas tan especiales como el "Peripepe", celebre acomodador del gallinero del Principal. O tiernos personajes como Peter Pan y Campanilla, que un día le dijo al oído, muy bajito, durante una "sesión de tarde": "Deja ya de pegar puñetazos y haz que tus manos sirvan para algo mejor".
Y así, empujado por sus personajes d colores y bautizado con los "polvos mágicos" de su adorada Campanilla, empezó su vuelo hacia el país de la pintura. Tocado con una chistera y empuñando los pinceles como un espadachín de cuento, pinto hoces y martillos, "bodas de Canaán" y noches de San Juan. Pinto negros y grises llenos de pasión, solo comparables a sus noches locas de mujeres y vino y a las tertulias interminables con sus queridas amigas de la calle del Villar.
Pero un buen día cansado de brumas y de lluvias, deseó explorar otros mundos mas cálidos y conocer el color, sentirlo, empaparse de el, emborracharse con el. Y viaja, una y otra vez, como un aventurero o un descubridor, al Brasil: Bahia, O Sertao..., donde entre fiestas y cachaza estalló el sentimiento imparable que daría lugar a sus obras mas coloristas. Aunque su hada Campanilla siempre acaba por hacerlo regresar a Ourense, para que siga paseando por la ciudad bajo la lluvia, sin paraguas...
Estando una noche, yo, su barbero, compartiendo confidencias con una farola en los jardinillos del Padre Feijoo, me pregunto. ¿Que sabes de Vidal Souto, tu amigo? ¿Todavía le gusta jugar con los coches de bomberos y los camiones de lata, aquellos viejos juguetes de su niñez?, ¡Ay farola! Mas que eso todavía: sueña con comprarse un Tío vivo para seguir dando vueltas y vueltas, subiendo u bajando al son de una musiquilla que no le deje olvidar el niño que lleva dentro.
Mientras tanto se conforma con vivir en la casa de Oseve, que es casi un barco de bucaneros, navegando entre viñedos de ribeiro pintada de azul, repleta de campanas de barco, ojos de buey, fósiles, conchas y hasta un timón, conviviendo en armónico y feliz caos con cuadros y pinceles y colores, con su gata y con una maravillosa colección de `programas de cine de los años 50 en la que solo faltan "Casablanca" y "Vidal y Rosiña" (la Rosiña, para quien tiene terminados unos marineros enamorados del mascarón de proa, que es una sirena como ella).
Es posible que de no haberse cruzado en su camino campanilla, Vidal Souto, mi amigo, hubiera sido un magnifico pirata de esos de pata de palo y parche en el ojo. Terror de doncellas. Navegante de todos los mares en su barco de vela, de batalla en batalla , descansando, después de los abordajes en Bahía o en el Grove.
Y como buen bucanero, trayendo como botín los tesoros mas preciados: polvo de mármol y velas pintadas con caras de princesas; gallinas con cara de Orfo, ovejas con cara d Cupido, animales humanos y hombres divinos tocados con arboles en la cabeza; acordeones que hablan al viento y al corazón, un gato escapado del Olimpo, una novia a lomos de Pegaso, un Polifemo abatido... y en el medio una rosa (la Rosiña).
Bucanero de mil mares, mi amigo, paseante de Ourense sin paraguas, quizás te encuentre un domingo cualquiera(¡que sea pronto!) en el Padre Feijoo, después de misa de 12 (si la hay todavía), para seguir cambiando los tebeos del "Cachorro", del "Guerrero del antifaz", de "Roberto Alcázar y Pedrin", del "Jabato" o del "Capitán Trueno"....
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Entre las obras de Vidal Souto, hay un numero indeterminado de cuadros, que el jamas pintó, que jamas se expusieron y que desde luego nadie tiene. (miradlo con detenimiento). Gracias y un cariñoso recuerdo para mi amigo Luis, que fue quien me puso en la pista. |
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