Fotografía cedida por Roberto Salgado
Lelé, entrañable Pontino
Hace mucho tiempo que un gran amigo: Andrés Pereiro, (una “bestia parda”, pero con un corazón gigante), me hablaba del Lelé, incluso tenía una frase en la que incluía a este personaje y otro amigo entrañable: el “Macarrillo”, la frase que aun hoy no entiendo era…. “entre el Maca y el Lelé, tienen el metro del puente”. Si alguien sabe de qué va, ya me lo contara…. ¡¡¡O Mejor casi que no!!!!!!. Cosas de Andrés.
En estos días dos amigos: Roberto Salgado y Miguel Domínguez me han permitido ponerle cara y de paso facilitarme algún recuerdo. Lelé realmente era Isidoro, sus padres ya eran también conocidos por ser personajes singulares Pepe (no me dan datos de él) y Carmen, (más conocida por un apodo que a mí no me gusta y por eso no lo cito) buena gente trabajadores incansables pero sin demasiada fortuna; Carmen y una de sus hijas eran demandaderas en la fonda de la “Sobrina de Ogando” (Ramona) y el recuerdo que de ellas quedó es el de ser muy buena gente .
O forno do Camilo y Mercedes imprescindible en la historia de aquel Canedo que fue....
Pero volvamos a Lelé, aunque muchos lo recuerdan por su magnífica puntería lanzando piedras, su principal faceta era la de ser un gran trabajador. Se pasaba el día en las proximidades de la estación cuando no sentado en la barandilla del parque delante del kiosco de Ricardo el cubano, o en la Camerana (empresa de transportes), aunque en cualquier almacén del puente donde le pidieran hacer un porte (en el de Diz estaba “casi de empleado”), verlo pasar por las Caldas con un saco de 50 kg de patatas a la espalda era algo normal. Lo que resulta duro de contar es que su vida no fue fácil, me cuentan que en muchas ocasiones el fruto de su trabajo se lo quitaban (no diré quién, porque no tengo pruebas) y en más de una ocasión durmió en el portal de su casa. Cuando no se acercaba al horno de Camilo….. La mayoría de mis informantes se empeñan en unir las historias de Lelé y otro personaje pontino ¿complementario? o ¿contrario? : Pablito.
Todos coinciden en que las relaciones entre ellos no eran muy buenas, lo habitual era que Pablito desde lejos insultara a Lelé y este con su increíble puntería le atizara una pedrada, por lo que yo se la sangre, que la hubo con frecuencia no llego al rio. Las malas lenguas decían que uno era muy feo y el otro muy tonto, pero me consta que los dos tenían “novia”. (Perdón por la broma a M y O). Pablito si acaso me comentan que tenía algún vicio poco recomendable, pero que se le soportaba porque su cabeza no daba para más, podría decirse que fue uno de los primeros exhibicionistas del viejo Ourense. Y así como Lele no hacía ascos al trabajo, Pablito era más de hacer el vago y prestarse a la broma, según me cuentan era un habitual de las charlas de la peluquería de Custodio. (Y aunque no me encaja, hay quien lo recuerda como limpiabotas en la peluquería).
Hablar de Lelé y otros muchos personajes de Canedo es motivo obligado de citar a Camilo y Merceditas, o mejor: “O Forno do Camilo”, allí todo el que lo necesitaba encontraba un rincón caliente donde dormir, un trozo de pan que llevarse a la boca, y en muchas frías noches un buen tazón de caldo que les hacía olvidar aunque fueran unos segundos, sus muchas penas.
No quiero pensar como seria estar allí un rato hablando o mejor escuchando a aquellos entrañables desfavorecidos de la fortuna el Frain de “Macieda”, (me cuenta Miguel que falleció casi en sus brazos; al menos fue en sitio amable….), que se contentaba con una “taza de quialdo inda que estea muermo”, (traducción libre del Frain, idioma peculiar, al castellano: Taza de Caldo aunque ya no este caliente); Rascallú era otro habitual del horno en sus últimos tiempos, cuando ya todo se le había venido abajo, (en un artículo de agosto de 2016 os cuento a grandes rasgos su biografía y demuestro que no se merecía la vida que llevo…).
Y un desconocido para mi Foumiño; en total me hablan de más de 20 personajes que se podían juntar en la trasera del horno. Habrá que seguir atento porque me gustaría saber de todos ellos y poder contároslo…..
Rato Rato sale do burato……; Matarele Lele, Estos eran los gritos que enfadaban según parece a Lelé y sobre todo los niños le decían para provocarle y escapar de sus pedradas
Frain en la feria foto de Tito de Bustillo
Este articulo como muchos otros sería imposible sin vuestra colaboración, en esta ocasión Miguel Domínguez Fernández y Roberto Salgado han sido mis principales contribuyentes, pero también he contado con recuerdos de: Manuela Andrés Muiño, Carmiña Varela, José Ramón Álvarez Barreiros, Olga Pereiro, Bernardo González Saburido, Pilar Álvarez Novoa, Javier Cesar Diz, Conchi Vara…. Me falta acudir a quien me aseguran es fuente más que autorizada, José Manuel Fernández sobrino, pero casi mejor le dejo a él la opción de escribir uno de sus jugosos artículos, que yo leeré con interés.
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