Puede parecer extraño, pero en aquellos lejanos 40, no faltaba el trabajo. Ya sabemos que nuestro Ourense nunca se destacó por ser zona industrial, lo nuestro fue más agricultura ganadería y comercio, pero aun así “alguna” industria tuvimos. Y orgullosos de ellas nos sentimos. Aquí tenéis algunas de las que en los 40 ofrecían trabajo… No por nacer en esa época, sino porque pasados los difíciles momentos de la guerra Civil, la neutralidad Española en la 2ª Guerra Mundial permitió un respiro…
El belga Malingre Parmentier había creado a finales del siglo XIX la que durante años fue nuestra principal empresa: la Fundición Malingre, y quizás a su sombra se desarrollaron en el tiempo otras, no puedo asegurar que exista relación directa, pero sin duda tuvo incidencia en el nacimiento de empresas como la de Rogelio Fernández (años 20), la fundición Pereira dos Santos (1942) o el taller de cerrajería artística de José Delfín Bao (Pelayo 6). Como nexo de unión entre estas empresas del metal y las dedicadas a la automoción de manera exclusiva, muchos recordareis Carrocerías Pérez y Pegerto Caride. Sin olvidar a quien llevo el nombre de Ourense por todo el mundo con sus Barreiros; Don Eduardo Barreiros.
En el apartado de automoción, se conocía la Agencia Citroën de Arturo González (paseo 12) La Agencia Ford (y Lincoln) de Marcial Vázquez Crespo (Aun no hace mucho desaparecida), el Garaje Hispano Americano de Salvador Fuentes y un innovador negocio que prometía pero en Ourense no llegó a tener la importancia de otras ciudades, Los Autos de Alquiler, o mejor dicho El auto de alquiler de Felipe Castro Silva (Or-1236).
Los aparatos eléctricos se reparaban, no como ahora, los abuelos y nuestros padres no conocieron la famosa “Obsolescencia programada”, era así como los Talleres Radio (Manuel Gómez Montero), la Casa Aragonés , Jelasa (Jesús Lago y Lago Paseo) y la de Manuel FRAGA y Hermanos no daban hecho a reparar aquellos cacharros.
La madera, pero sobre todo los muebles fueron otra fuente de generación de empleo. Muebles Rodríguez, y Muebles Sánchez Vázquez, la pequeña empresa de Ramón Cebreiros (plazuela Trinidad 2) complementaban la oferta de decoración con bazares reconocidos como Outeiriño y Puga. Os suena Agapito?, en aquellos 40 los trabajos de pintura y decoración eran cosa de esta casa.
Para no extenderme no me olvido del sector de la construcción, Estanislao Reverter con su almacén de materiales de construcción (me conto hace unos días su biznieto, ¿o es nieto? Que Estanislao fue dueño del Hotel Barcelona en sus primeros años de actividad, según parece le encargaron la obra y a la hora de cobrar…. Bueno Don Estanislao al final se la quito de encima que lo suyo no eran los hoteles). A pesar del os pesares seguía funcionando el almacén de don Secundino Couto Solla y la viuda de Felipe Castelao completaba la oferta.
La fábrica de cepillos de Manuel Barbosa Pintos, comenzaba a ser conocida en el populoso Canedo y aunque conservaba el carácter familiar con que nació, ya daba trabajo a unos cuantos vecinos.
Seguramente muchos habréis olvidado que de algunos de estos nombres citados surgieron grandes empresas ¿Os suena Cupers-fundiciones, Unicar, Forjas de Galicia….?
Aclaración. Sois muchos los que en estos días me sugerís la falta de datos en estas entradas. Sería imposible en estas breves reseñas citar todos los nombres y negocios que tuvimos en Auria, únicamente he intentado recuperar unos cuantos para despertar vuestro recuerdos.
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