Las ultimas colaboraciones que he recibido son para mi un autentico orgullo, y por ello no me atrevo a decir nada sobre ellas. Hoy Alfonso Cid nos hace una breve semblanza de su padre don Alfredo Cid Rumbao. MUCHISIMAS GRACIAS.
Alfredo Antonio Cid
Rumbao nació el 8 de diciembre de 1912 en Allariz, entonces una próspera villa
con importantes ferias de ganado y una pujante industria de curtidos y
manufacturas de cueros. Fue el tercero de cinco
hermanos, hijos de Alfredo y de Regina, una matriarca que siempre ejerció su
autoridad familiar. Alfredo pasó muchas jornadas de su juventud en la droguería
que regentaba su padre, con gran actividad y movimiento de gentes. Disfrutó de
la villa, del Arnoia y de los privilegiados alrededores de Allariz. Quizás esto
desarrolló en el un especial orgullo e interés por el valor y pasado de su casa
natal.
Estudió
el Bachillerato
por enseñanza libre en el Instituto del Posío en Ourense. Su vocación era la de
médico pero el pragmatismo forzado por las dificultades económicas, le llevaron
a cursar estudios de Profesorado Mercantil en la Escuela de Comercio de A
Coruña. Seguiría luego el Plan Profesional del Magisterio de 1931 en la Escuela
Normal de Ourense, entonces situada en la calle
del Progreso, cerca de la prisión provincial.
Pasó
la guerra civil en Huesca, como oficinista. Militó en Falange aunque, pasados
los años, se confesaba traicionado por lo que el franquismo había hecho del
ideario falangista. En
1941 ganó por oposición una plaza en la Escuela Graduada de Prácticas adscrita
a la de Magisterio. Se trasladó al barrio se A Ponte cuando se construyó el
nuevo edificio de la Escuela y allí, desde 1967 ejerció como director del
Colegio Nacional de Prácticas, la Aneja, adscrito a la que pasó a ser Escuela
Universitaria de Magisterio. En este centro hacían sus prácticas los jóvenes
maestros durante el último curso de sus estudios. Muchos recuerdan al profesor
Cid Rumbao como una buena persona, gran pedagogo y profesor cercano. Por la Aneja pasaron en los años setenta muchos jóvenes
vecinos de A Ponte tocados por el desarraigo provocado por la emigración a
Europa de sus padres.
En 1940 fue nombrado
cronista oficial de Allariz en reconocimiento a su trayectoria de trabajo
investigador. Producto de la documentación que compiló sobre la historia de
Allariz llegaría la declaración de Interés Turístico que le concedió a la villa
la Administración central. Se consolidó así la importancia de Allariz como
Villa y Corte Románica justificada en que fue lugar donde pasó parte de su
infancia el Rey Alfonso X el Sabio y donde su esposa Doña Violante fundó el
magnifico monasterio de Santa Clara. En el vivió su vejez y allí está su
enterramiento. El trabajo de Cid Rumbao como descubridor y documentador de la
importancia de Allariz en su pasado quedó recogido en numerosas monografías y
finalmente condensado en su Historia de Allariz, publicada en 1984.
En 1966 le eligen
miembro correspondiente de la Real Academia Galega. En el año 1976 fallece Ramón
Otero Pedrayo, y le sucede en el puesto de Cronista Oficial de Ourense. Su
labor investigadora referente a la capital se volcó en numerosos artículos
periodísticos y en su Historia de Ourense, considerada por el autor como la
obra de su vida. Nunca fue publicada pero sirvió como base para posteriores
investigaciones y publicaciones históricas. Entre las curiosidades de su labor
como Cronista de la ciudad está su propuesta para la denominación de las
numerosas nuevas calles que en la ciudad se fueron urbanizando en los años setenta.
El método pasó por emplear nombres de ríos, montes o poblaciones de la
provincia para dar nombre a estas calles que hasta entonces tenían asignado
únicamente un número. La aplicación de este sistema causó polémica entre
vecinos que no querían tener como dirección postal, por ejemplo, Monte Penamá
por considerar que de ese modo quien le escribiese podría pensar que vivía en
la montaña. Hoy en día, los barrios de San Francisco, O Vinteún o Cruz Alta
están orgullosos de sus montes, ríos y villas.
La
defensa y difusión de los valores y de la riqueza y la potencialidad de Ourense
como destino para el turismo fue una de sus constantes. En 1970 publica la Guía
Turística de la Provincia de Ourense articulada en itinerarios que, partiendo
de la capital, proponían visitas temáticas a monasterios, paisajes, villas y
otros atractivos, todos ellos descritos con un tono altamente didáctico y con
apuntes e ilustraciones sobre su historia, anécdotas e importancia artística y
patrimonial. El moderno esquema de esta guía la convirtió en texto fundamental
para la elaboración posterior de folletos de divulgación y de la nueva Guía
Turística Provincial editada por la Cámara de Comercio en 1998.
También
abordó el aspecto gastronómico del turismo con un librito titulado Ourense,
ruta y mantel, editado en 1976. Durante los fines de semana recorría a bordo de
un Simca 1.000, y con su esposa Manolita como choferesa, restaurantes y casas
de comidas repartidas por la provincia. Lo hizo al estilo de la Guía Michelín
ya que, presumía, nunca se identificó ni comió gratis en ninguno de los
establecimientos.
Alfredo Cid Rumbao
escribió a lo largo de su vida centenares de trabajos sobre los valores
históricos, artísticos, escenográficos, costumbrísticos y culturales de la
provincia de Ourense, varias biografías de ourensanos y numerosas historias
locales de la provincia. La mayor parte de esta interesante labor se publicó en
La Región, de Ourense entre 1948 y 1976. Nunca consiguió cobrar del
diario por estas colaboraciones y ni siquiera, se quejaba, le enviaban el
periódico gratis a casa.
Publicó también
monografías sobre la historia y el arte de los monasterios ourensanos de
Oseira, San Salvador de Celanova, Montederramo y Santo Estevo de Ribas de Sil.
Entre los años
cuarenta y sesenta formó parte de la asociación “Posío Arte y Letras”, a la que
pertenecían personas amantes del excursionismo cultural que cada domingo
visitaban lugares y acontecimientos de la provincia señalados por su valor
histórico, artístico o etnográfico. Otra faceta por la que fue conocido y
popular Alfredo Cid Rumbao fue por sus conferencias divulgativas sobre los
valores de Ourense, que dio en sociedades culturales o vecinales y en centros
de enseñanza. También ejerció como generoso guía turístico para grupos bien variados.
En libros y revistas
especializadas publicó, entre otras, Reseña histórica del Castillo de
Allariz, en «Boletín del Museo Arqueológico Provincial de Orense», 1947; La
verdadera patria del Padre Feijóo, en el mismo «Boletín», 1948; Allariz,
en «Nuevo Diccionario Geográfico de España», 1957: Arqueología Alaricana.
en «Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos de Orense», 1959; Escritores
orensanos, en «Estafeta Literaria», 1965; La fortaleza Real de Allariz, en
«Castillos de España», 1968; Orense, en «Guía de España MAPFRE», 1971: Los
caminos de Santiago en la provincia de Orense, en «Santiago en toda
España», 1972; Historia de la ciudad de Orense, en «Galicia Turística»,
1976.
Fue condecorado con
la Cruz de Alfonso X El Sabio por sus méritos pedagógicos, y obtuvo el premio
"Celanova, Casa dos Poetas", en su primera edición (1985), compartido
con Xosé Luis Méndez Ferrín, Uxío Novoneyra y Rircardo Carballo Calero.
Alfredo Cid Rumbao
falleció en Ourense en marzo de 2000, y sus restos reposan en el cementerio
municipal de Vilanova en Allariz.
Alfredo Cid Rumbao
logró hacer una su profesión de maestro y su pasión de investigador y
divulgador. Sus escritos tienen el tono didáctico preciso para hacer
interesante y popular la historia. Sus conferencias y visitas guiadas
descubrieron a muchos un Ourense ignorado. Aquí le vemos, con gabardina y
gafas, guiando a un grupo de estudiantes a principios de los años ochenta.
Nota de Rafa Salgado. Acompañado casualmente por quien le había de sustituir en el cargo de Cronista de nuestra ciudad, Anselmo López Moraís.
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