Antiguo mercado en la calle de la Barrera. Revista Vida Gallega |
Supongo que es una cuestión de gustos. Es evidente que últimamente
los centros comerciales son los que se llevan la palma a la hora de atraer
clientes; y lo entiendo, (sobre todo si
llueve y es una urgencia). A mí personalmente me sigue atrayendo mucho mas la
pequeña tienda de barrio, y las calles comerciales de toda la vida.
Alguno ya está pensando que le voy a soltar
el discurso sobre la muy discutible creación de empleo de las grandes cadenas,
o sobre los falsos beneficios de rebajas en el precio que reportan franquicias multinacionales; sin olvidar el “bienestar“ de los trabajadores chinos, indios, malayos etc.,
esos con los que nos exigen que compitamos en “igualdad” de condiciones. Para,
para, que al final me lio.
Hoy no va de eso, ni mañana, ni….. Hoy tratamos de los
viejos mercados locales.
Los que pasáis por el blog a menudo, no tendréis problema en
localizar la plaza del Hierro, la del Trigo, o la de la Herrería aun
existentes, un poco más difícil será hacerlo con la de la Yerba, (o Hierba ,
que de las dos formas lo he visto escrito), la del Carvom , (o Carbón), la de
la Leña, la de la Fruta, la del Pescado o
la de la Sal. El porqué de estos nombres, es evidente; en su entorno se reunían los componentes del
gremio correspondiente, o se asentaban los vendedores de ese tipo de productos,
a fin de que los compradores supieran a dónde acudir en función de sus
necesidades.
Pero además de ese sistema organizativo, no era raro ver
surgir mercados de productos variados, (sobre todo rianxo), en la mayoría de
las plazas de la vieja Auria, San Marcial, La Barrera, O Eirociño, La plazoleta
del Rastro, (o de la Trinidad), eran algunos de los lugares que concentraban a
las profesionales del mercado. Así
fueron las cosas hasta que en 1935 se inaugura la actual Plaza de abastos de
Ourense, que concentro a tod@s los que se dedicaban a la venta “callejera”.
Durante muchos años esos mercados y la plaza de abastos (que
debemos intentar recuperar….), fueron uno de los motores de la economía local, y válvula de escape para la pobreza de mucha
gente del rural. Revisando datos de aquellos años, descubro que al menos todo la zona centro de la ciudad durante la mañana era un hervidero de gente; lo raro era que alguien no encontrara trabajo, (otra cosa es que la remuneración fuera la debida, pero trabajo sobraba).
La plaza de san Marcial concentraba la venta de patatas como se puede ver en la imagen Colección Rellev |
Continuare preguntando como era el día a día y os lo iré contando
La mayoría de datos proceden de la memoria de quienes en aquellos momentos eran niños y en algunos casos los recuerdos no son propios, si no que son del estilo, “contaba mi padre …”
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