Entre las fotografías hechas por Augusto Pacheco que atesora el Etnológico de Ribadavia, me he encontrado con esta imagen.
Fijaros en ella, (sobre todo los que rondáis y pasáis la media centena), y veréis que aunque aparentemente nada ha cambiado, realmente poco es lo que ha permanecido.
Sin poder afirmarlo, yo la situaría hacia mediados de los ochenta; en el Cine Mary se proyectaban las últimas películas, y Zara ya había pasado de un pequeño local en la acera de los pares, a un gran bajo en la de los impares (casi enfrente), Augusto daba sus servicios para futuros conductores en la afamada Auto escuela Proa, o enviaba a los recién casados a Canarias con Viajes Azor; la mercería La Maja de aquellas precisaba de más de ocho dependientes para dar servicio a toda su clientela, (desconozco si tenía relación con La Maja de La Coruña, donde comenzó Amancio Ortega su andadura laboral), los clientes de la “innovadora” Mayherplex,(no sé si estará bien escrito), tenían que ejercitar la rodilla para subir el primer escalón de la entrada, si querían adquirir alguno de los artículos de plástico que empezaban a aflorar en el mercado, (los primeros tupperware, aquellos manteles de hule que causaban furor, “pasar un paño y limpio”, botellas de plástico, bacinillas, tinas).
El Banco Pastor, ofrecía uno de los primeros servicios de cajas de alquiler en su sótano, y la Región mantenía abierta en la calle la librería, la redacción y la imprenta, (todo a mano). José Page Vila aun mantenía una tienda de venta de pequeño electrodoméstico, en la casa de los Espada y Ferreiro Villar comenzaba su andadura en el mundo de la inmobiliaria, en dura competencia con la gestoría Seco, (creo que esta era sucesora de La Rapidilla, perdón La Actividad, donde comenzó mi padre en ese mundillo).
Pequeñín, Eresa, Puntolan, Lencería España, la administración de loterías de Sas, Moretti (recientemente) y Foguel fueron otras de las víctimas del paso del tiempo, y aunque no figura rotulo sabemos que también estaba ahí el estudio del autor de la fotografía, el maestro Pacheco.
Ciertamente hubiera sido más fácil citar a los que han conseguido sobrevivir, Schreck, (el único testimonio de que la calle fue de los Fotógrafos), bazar la Gallega, la Armería Lira, un superviviente; y Bazar Orense, imprescindible en la historia de la ciudad.
Solo cito a los negocios que están presentes en la imagen, aunque me permitiréis que haga una excepción con el amigo y colaborador Marcial Feijoo, que en la esquina con Progreso permanece al pie del cañón con su armería, desde ……
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