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26/11/13

Ni mejor, ni peor, solo diferente

Hoy con la consola juegan solos, de aquellas no había problema para hacer un equipo de fútbol. (esta es de los años sesenta, pero también vale, o no?).
  ¿Os habéis planteado en alguna ocasión, si os gustaría haber vivido en otra época????.

   Muchos de mis amigos dan por supuesto que a mí me gustaría cualquier momento del pasado. Y como en tantas otras cosas de esta vida, la respuesta  tendría que estar rodeada de excesivos matices , para ser exacta.

  Por eso creo que lo mejor es pensar que la que te ha tocado, es la que tienes que intentar disfrutar.
   Me viene esto a la cabeza, revisando en mi archivo, unas fotografías que me prestó  José  F. Fernández “Tito” , y que muestran escenas de la vida diaria en la que era  conocida como  parque o “Finca Bartolo” en los años cuarenta.

  La década de los cuarenta, se nos presenta, como un momento complicadísimo en lo internacional, y para una España que “braceaba“ para recuperarse de una guerra civil, necesitada de ayuda exterior la situación desde luego que no era envidiable.
Organizar una comida entre amigos era sencillo y frecuente

    Ourense a pesar de los pesares,  no fue de las zonas más castigadas, y los productos del campo en pocos momentos faltaron, (la gran traba que siempre fue el minifundio, para el desarrollo , en esos momentos ayudo a paliar mucha “hambre”).  La luz y el agua, a pesar de que ya comenzaban a verse en muchas viviendas, sufrían constantes fallos, con lo cual todas las casas necesitaban de una buena provisión de velas, y los paseos a la fuente colaboraban al buen estado físico de nuestros abuelos. El teléfono, no era móvil precisamente, de hecho para realizar las llamadas se necesitaba el auxilio de una operadora; los datos dicen que en el 46 había 2,3 teléfonos por cada 100 habitantes ; (Ourense  paso de los 300 de 1921, a casi los 1500 en el 46, con lo que no llegábamos al 2%). En ese mismo año 46 se matricularon 2240 vehículos, (poco avance si los comparamos con los 2073 que se matricularon en el 36). 
   La tele y las consolas, hoy imprescindibles, aun tardarían diez años la primera, y “alguno” más las otras; las mismas radios que ya de aquellas alegraban la vida, no estaban en todos los hogares.

   Esas (muy por encima) eran las circunstancias que se vivían, y como veis en las fotografías la gente digamos que era  “razonablemente” feliz; el índice de natalidad estaba disparado con respecto al actual, (veis, ¡la tele atonta!, ya se lo digo a mis hijos), los tomates sabían a tomate, y la leche traía tal cantidad de nata, que se le quitaba con un colador para hacer galletas; aún así, la obesidad, (sobre todo la infantil), era algo anecdótico.
Para las fiestas de verano, nada como la orilla del Miño. (aqui teneis una familia en la fiesta de santiago en el 46)

    Podríamos seguir hablando de defectos y  virtudes, pero como os decía al principio, ni mejor ni peor, solo diferente.

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