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18/11/13

El Couto


   Con toda lógica los profesionales de la fotografía, históricamente han preferido el centro de la ciudad para disparar sus maquinas; la afluencia de posibles clientes era muy superior a la que se podía encontrar en los barrios. Esa circunstancia convierte a este tipo de fotografías en un bien escaso,  al menos hasta que a comienzos de los años sesenta, comenzó a popularizarse el uso de maquinas por los particulares.
Personalmente las que más me apetece encontrar son las de mi barrio de adopción, El Couto.

   Y poco a poco van apareciendo, cierto es que cuento con buenas y buenos amigos que junto con sus familias han permanecido en el barrio desde su creación, ellos son los que me cuentan del paso de la vaca de la señora Marquesa en su paseo desde la finca de Reza, hasta el palacete de Santo Domingo; de los robos de fruta que se organizaban por los críos en las fincas de las riberas del Miño; de los castañazos que se pegaban los gorrones que veían el partido del Domingo desde las ramas de los arboles que rodeaban el campo de futbol, cuando  ni siquiera  existía la vieja grada de madera, o las cenas de verano que se organizaban prácticamente en la calle (comenzaban en un bajo o bodega, y al final ….); desde luego lo mas comentado es la relación del barrio con el futbol, y con la fundición Malingre, sin olvidar las serrerías y almacenes de madera, los talleres de automóviles (de los que aun “resiste”  alguno abierto), la posiblemente primera empresa de reciclaje de papel que hubo en la ciudad; y desde que se inicio su construcción, la implicación de todo el barrio con la iglesia de Fátima.

   Por cierto el barrio contó con buenos fotógrafos, los Covelo padre e hija, foto Rafa, e incluso adelantándose en el tiempo, lo que era algo parecido a una franquicia Unifa; pero realmente son profesionales que aun están en la memoria de todos, por ser muy recientes, y tener gran parte de su producción en la zona centro, aun así, ellos son los responsables de muchas de las imágenes que tengo del barrio.
   Hoy aprovechando esta fotografía de lo que era un camino del barrio, hoy calle Velázquez que me presta, Doña Guillermina Piña, de otra de las familias históricas del Couto, quiero aprovechar para dar las gracias a todos mis convecinos y amigos por acordarse de mi cada vez que encuentran en un cajón uno de estos recuerdos de nuestra pequeña historia y me permiten compartirlo con todos vosotros.
A todos, Gracias
Tarde en el Couto, Pataco remata y provoca la espectacular "palomita" de Ares, delante de un atento Silvio.

Hoy por mencionar a alguno: mis amigas  Pili Núñez y Teresa Lamelas, pasando por Paco (el de la farmacia), Suso (el de la otra farmacia), Mari Luz, Silvio, Cesar, Francisco (bueno los Malet y termino antes, porque son unos cuantos, y todos me han ayudado), el añorado Andrés Pereiro, mi abuelete Andrés Iglesias,  Charo (zapatillas) y su marido que me prestó las primeras fotografías de Ribadavia de mi archivo, los Covelo, (toda la familia), José Luis Fernández Ojea, el bueno de Pepe Dacoba, Aníbal Gamallo, y como no todos los Gamallo otro apellido muy del Couto, (vale…. Eduardo fue de los primeros en echar una mano), Don Cesar, Don Celso, José Luis Rodríguez, Claudio (el de la librería), Alberto Camba y Aurora su mujer (los del Estanco), Fernando (Docasgraf), Conchi Carrera y su añorada madre, Marilo Borrajo, Rosi Valencia y su hermana, mi buena amiga Juanita Alonso y por ser las ultimas en llegar al “club” tengo que citar a Cristina Pérez y Margarita Temes, …………………………………………..

Que me perdonen los que se queden en el tintero, pero habrá mas ocasiones.

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