De nuevo la "Avenida Wilson"

Fotografía propiedad de Felipe Chacón

   Me resulta chocante que nuestro Curros Enríquez, hubiera desplazado de su calle, a todo un Sr. Presidente de los Estados Unidos, (y  no es que no lo merecieran ambos), también se me hace difícil entender, porque es tan fácil dejarse llevar por la euforia del momento, y decidir denominar una calle,  sin argumentos contundentes y duraderos?.

   Los hechos conocidos, permiten deducir, que los políticos no son precisamente los más indicados para recibir tal honor, ya que tan honroso se supone que es el momento en que deciden dar su nombre a una calle, como deshonroso debe de ser el momento en que se decide arrebatárselo. Algún caso existe en que se ha repuesto el daño, pero esperemos que se quede ahí la cosa.

   Basilio Álvarez y Paz Novoa, por ejemplo son de los que la recuperaron, aunque con cambio de ubicación,  y Vicente Pérez o Luis Espada, son de los que ya no figuran en el callejero. 

   A modo de reflexión simplemente, se me ocurre que se debería meditar con mas pausa ese tipo de decisiones, y de ser posible: jugar a ganador; el mundo de la cultura generalmente no ha dado problemas. O cuando el vial lo permita, que tal recuperar el viejo nombre???, algunos tenemos, muy originales, ya sabéis que Rapagatos, Pelouriño y Quebracús, formaban parte de nuestro callejero.

   Viene esto a cuento porque hace unos días me comentaban que se barajaba el cambio de denominación de una calle recién "cambiada", (confesé mi incredulidad, pero...) y eso, entre otras cosas, no saben nuestros dirigentes, el engorro que supone para los vecinos.