Consejos y avisos

20/6/13

De modas y agradecimiento

Año 70 (el de la bufanda enrrollada en la cabeza, me es cara conocida!!!).  El escenario, es una desconocida plaza del Couto nevada y sin la mayoría de los edificios actuales; detrás a la derecha se ve el comienzo de la Avda. de Portugal
   Aprovechando estos días de reclusión de todos los veranos estoy poniendo al  día un montón de cosas; entre ellas estoy escaneando álbumes que me habéis prestado, y ordenando las últimas fotografías recibidas. Precisamente las tres que os muestro hoy, son de las que acaban de llegar a mi colección.
Año 66 
   Me las presta una Ourensana de las que no se cansan de trabajar por los demás, (cierto es que tuvo un buen ejemplo en su familia), os la presentare otro día. Por ahora  voy a aprovechar sus fotografías para comentaros un detalle que reclamo mi atención en el primer vistazo.
   Conociéndola, seguro que no es sospechosa de ser una “fashion victim”, pero aun así me parece que un poco se dejaba llevar por las modas o tendencias, explicarme sino ese tejemaneje que se traía con el largo de las faldas. En el 58, aparece como invitada a una primera comunión, luciendo un largo que en las niñas ha sido y sigue siendo muy común. En el sesenta y seis junto a un laureado deportista (al que, si alguien lo reconoce, le agradecería que me dijera quien es), por la rodilla, que era lo que el recato imponía; y en el setenta a modo de extraña protesta transgresora, las faldas hasta los pies. 

Año 58 de 1ª Comunión en el Padre Feijoo 
    A partir de los setenta las cosas han ido cambiando a la inversa, y posiblemente a causa de la terrible crisis que estamos padeciendo los largos han ido menguando hasta lo que se supone es el límite admisible; y no hablo del decoro precisamente.



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