Consejos y avisos

3/12/12

Las cañas en la fuente

Plaza del Hierro "Crux dos ferreiros" (portfolio fotografíco)
Que no echen agua fuera de las pilas

   Otrosi que porque los que vienen a coger el agua a las fuentes con cañas, e otras cosas, ponen las cañas en los caños, e la dexan verter fuera de las pilas, e pilares, y el agua se pierde, e derrama, e las plaças e derredores de los pilares se ensuzian, e hacen cenagales que huelen, e parecen mal, ordenamos que ninguna persona ponga las cañas de manera que vierta el agua fuera de la fuente, so pena de un real por cada vez para el aguazil, o almotaçel que le tomare, e que le quiebren la caña e basija.
(Ordenanzas del Cabildo  de Tenerife)

   Por "extraño que parezca”, tener agua corriente en las casas, es un “lujo” que nuestros padres no disfrutaron de niños, (me refiero a los de mi quinta, los cincuenta), de nuestros abuelos ya ni hablamos.

   Las primeras fuentes urbanas, eran muy sencillas, generalmente un caño a baja altura, saliendo directamente de una pared mas o menos decorada en la que la naturaleza habia decidido que muy cerca existiera un "naciente"; la Burga, la fuente del Rey, o la antigua fuente de la Plaza de San Marcial, fonte dos coiros, son claros ejemplos de este formato; el objetivo era facilitar la recogida en baldes, cantaros, y demás objetos del agua tan necesaria para el uso domestico. Andando el tiempo y con las mejoras en la tecnologia de la conduccion de agua, ya no se hacia necesario estar cerca del naciente; y así fue como las fuentes pasaron a ser, ya no solo un elemento útil, si no tambien en muchos casos un objeto bello.
 En Ourense, fruto de la desamortización del ministro Mendizabal, llegaron a la ciudad varias fuentes, ornamentales unas de Osera, y otra al menos de San Esteban de Ribas de Sil, (algunas ya están por el blog, y las que no están no tardaran mucho en visitarnos, por cierto os recuerdo que don Juan Andrés Hervella a escrito un libro detallando precisamente las fuentes ornamentales ourensanas). El caso es que esas fuentes, esteticamente bellas, no eran precisamente practicas para el uso diario, el caño quedaba demasiado alto, y no era posible recoger el agua. Para solucionar ese inconveniente, se utilizaban las cañas; unos tubos de bambu o similares, a los que se le unia un embudo en uno de los extremos.
Fuente de la plaza del Trigo.
 Otro día hablaremos de la labor "social" de las fuentes publicas; para que os hagais una idea, ir media hora a la fuente, era como estar veinticuatro horas viendo "El salvame" en la tele. 





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